Como cada año, los estilismos son estudiados al milímetro por sus aciertos, errores y significado. En un desfile marcado por el desafío independentista y el terrorismo, la reina optó por un look muy sobrio firmado por su diseñador de cabecera, Felipe Varela.
El outfit constaba de un traje de chaqueta y falda gris, con una silueta que recuerda al new look de Christian Dior. La falda, de corte midi, iba adornada con bordados a mano en azul, a juego con la cartera y los zapatos de tacón. La chaqueta, con cinturón a la cintura, iba rematada con un broche muy elegante y llamativo en la solapa izquierda que perteneció a la reina Victoria Eugenia, el cual conjuntaba a la perfección con los pendientes, usados también en diversas ocasiones por Letizia.
Para el maquillaje, la reina consorte optó con algo sencillo y para el peinado se decantó por un moño bajo desenfadado al que suele recurrir en muchas ocasiones.
Las niñas, en tonos más vivos que su madre, acudieron al desfile muy sonrientes. La princesa iba vestida de Carolina Herrera con vestido, rebeca y zapatos en rojo, el color de moda de este invierno. La infanta, también en esta tonalidad, llevaba un vestido de Pili Carrera y bailarinas azul marino y la puntera en rojo. Ambas optaron por trenzas en el pelo, el peinado estrella para la mayoría de ocasiones.
Cabe destacar el comportamiento ejemplar de las niñas, protagonizado por los gestos de Leonor copiando a su madre cuando esta tapaba el sol de su cara o se abanicaba y la atención constante de Leonor en tapar su vendaje de la muñeca derecha. Aun así, pudo saludar a la perfección con su mano izquierda a todas las autoridades.
Dejando de lado la Familia Real, lo segundo más comentado y fotografiado del día fue el clutch patriótico de Cristina Cifuentes, presidenta de la comunidad de Madrid. El bolso, firmado por My bags and me, era una bandera de España con las iniciales de la presidenta bordadas.