Domingo. Once y media de la mañana. Ambas casi recién levantadas. Casi sin esperanzas de poder hacer la entrevista me llega un mensaje: “estoy lista, tengo muchas ganas de hablar contigo”. Rápidamente enciendo entusiasmada mi ordenador pues a pesar de que Eloína está de baja médica, sus ganas de expresarse y compartir prevalecen. Descuelgo la llamada y ahí está ella en primer plano con una sonrisa radiante que ocupa casi toda la pantalla. El sol entra por la ventana directo a sus ojos, como si estuviera a punto de empezar a rodar una escena.
Tras unas risas y una pequeña conversación sutil sobre las ganas que tiene de volverse a incorporar al trabajo de nuevo, me atrevo a preguntarle sobre la elección “papá o mamá” para cualquier actriz. ¿Qué es mejor el cine o el teatro? Su respuesta no es inmediata. Me explica que a nivel técnico hay muchas diferencias por el tipo de proyección de la voz o los movimientos corporales, pero a nivel personal es una sensación muy parecida. Ambas son satisfactorias; en el teatro te sientes “empoderada”, mientras que en el cine llegas a tener un vínculo con el personaje muy especial. “En un primer momento sí pensé que lo que me daba el teatro no me lo podría dar nunca el cine; con el paso de los años he llegado a igualar la sensación y me encanta” apunta.
En el teatro te sientes “empoderada”, mientras que en el cine llegas a tener un vínculo con el personaje muy especial
Desde ese momento, Eloína no ha parado de formar parte de proyectos incluso ha llegado el momento en el que ha protagonizado su propia película. Nos cuenta que para ella fue todo un reto el hecho de pasar de personajes secundarios que siguen la historia de otros a tener su propia trama y hacerlo suyo. Para ella fue una lucha interna entre querer hacerlo rigurosamente bien y, a la vez, no perder de vista el disfrutar de la oportunidad que se le estaba dando. Concluye que fue toda una lección de vida, pues las cosas que te dan grandes satisfacciones a la vez te llevan a esforzarte como nunca.
No obstante, su energía positiva y su trabajo duro nunca han parado de estar vigentes. Tanto fue así que en 2022 recibió el premio actriz revelación a nivel de Andalucía (Premios ASECAN.) Explica que, aunque ganar un premio es algo que cuesta llegar a imaginar, desde pequeña nunca descartó la idea de que su trabajo en algún momento de su carrera pudiera ser reconocido de alguna forma. “Lo que más ilusión me hizo fue el poder tener algo que dedicar tanto a mi familia, como a mis compañeros y mis amigos, además de la fiesta de después, claro”, señala entre risas.
Dentro de la admiración, como profesora mía que había sido, necesito preguntarle sobre cómo es para ella eso de no solo hacer cine y teatro sino además enseñar a jóvenes adolescentes en ECAES (Escuela de Cine y Arte Dramático de Sevilla). Casi sin pensar la respuesta emite una palabra clave: retroalimentación. “Ambos son caminos complementarios, creo que es muy importante llevar la docencia a la vez que la actuación. Es una manera de seguir siempre en activo aprendiendo de otros artistas, en este caso alumnos, y que se forme una relación muy bonita”. Tras unos minutos reflexiona que para ella sus alumnos le han aportado muchísimo a nivel sentimental y le han dado la oportunidad de volverse a ver a ella como niña.
La docencia es una manera de seguir siempre en activo aprendiendo de otros artistas
Aunque si bien es innegable que ese amor por el arte siempre será inmortal y por suerte son muchos los niños que siguen soñando con ser grandes actores, también son muchos los casos de niños que abandonan su sueño por miedo a no tener salidas. El consejo que les ofrece Eloína es el saber vivir con el “no” y trabajarlo día a día. Es algo complicado, pero a la vez te hace ganar seguridad. Hay que tener en cuenta que “no solo viven los actores que vemos en Netflix, el arte está en todos lados, hay muchas vías, y ninguna es menor que otra”.
No solo viven los actores que vemos en Netflix, el arte está en todos lados, hay muchas vías
Vamos llegando al final de la entrevista y me adentro en la Eloína más profunda y qué otros campos de interés han pasado por su vida. Indica que tampoco es algo que se haya preguntado mucho, ya que, por suerte, “mi profesión es el amor de mi vida”, confiesa. Pero si no hubiera podido ser actriz hubiera intentado ser una gran profesora de filosofía. Su respuesta no es de extrañar a nadie que la conozca porque la actriz es un claro ejemplo de esfuerzo y perfección. Sin embargo, estas no serían las palabras exactas con las que ella misma se identificaría. Especifica que se define como alguien “profunda y apasionada” y que su forma de vivir el mundo siempre será con intensidad; aunque haya quienes no lo entiendan.