miércoles. 30.10.2024

Frida Kahlo, Marilyn Monroe y David Bowie, han aparecido de forma recurrente en sus ilustraciones. Cercana, humilde y profesional, María Hesse nos abre las puertas de su estudio y nos sumerge en su mundo de literatura e ilustración.

Desde pequeña supo que quería ser cantante, actriz o pintora. Fue a la temprana edad de los seis años cuando, inconscientemente, se decantó por esta última. A la pequeña Hesse no solo le gustaba pintar, sino también contar historias con sus dibujos. Tras acabar sus estudios en Educación Especial, a los 28 años decidió cursar un Ciclo Formativo de Grado Superior de Ilustración, para así poder dedicarse profesionalmente a lo que realmente le apasionaba, la ilustración.

No solo me gustaba pintar, sino también contar historias con dibujos

Para todo buen artista, algo clave y esencial son las referencias e inspiraciones. Nos revela que las fuentes de inspiración van evolucionando, nunca son las mismas. Ahora mismo, prefiere buscar sitios de referencia en cosas ajenas a la propia ilustración; como el cine, la fotografía, las editoriales de moda... En su reciente libro, Malas Mujeres, vemos cómo predomina una fuerte alusión a los pintores prerrafaelitas y a los ornamentos medievales. Para Hesse, la inspiración está en todas partes. Busca tener su propia identidad, ya que considera que fijarse en otros ilustradores le limita más que le inspira. “Yo no quiero hacer lo mismo que los demás, aspiro a tener mi propio estilo”, afirma.

Como hemos mencionado anteriormente, no es una simple ilustradora, es también escritora. Ha creado e ilustrado obras como Frida Kahlo. Una biografía, El Placer y Malas Mujeres. Para ella, sin duda, la parte favorita de su trabajo es ilustrar libros, tanto ajenos como propios. Cuando es para obras ajenas, le fascina verse sumergida en el mundo de otra persona y ser capaz de interpretarlo, “se produce una magia muy guay”, asegura.

Texto e Ilustración: María Hesse

Establece una gran diferencia entre ilustrar para autores actuales y los ya fallecidos. Cuando ilustró Orgullo y Prejuicio de Jane Austen o Mujercitas de Louisa May Alcott, sintió verdadera atracción por ver cómo las imágenes que tenía en su cabeza finalmente eran plasmadas, asegura que para ella fue algo muy gratificante. Por el contrario, cuando ilustra sus libros propios se intercomunica el proceso de escritura con el de ilustración, confirma que “el texto va ligado a la imagen visual”. Hace énfasis en aclarar que la ilustración en la literatura aporta información nueva. Una buena ilustración debe ser capaz de añadir valor que no se encuentre explícitamente en el texto.

La parte favorita de mi trabajo es ilustrar libros, tanto ajenos como propios

Vista general del estudio de María Hesse en Madrid. Foto_María Hesse
Vista general del estudio de María Hesse en Madrid. Foto_María Hesse

Ha ganado varios premios, entre ellos, en 2020 fue elegida como una de las 100 mejores ilustradoras del mundo por Taschen y, posteriormente, fue ganadora del Premio de la Fundación Nacional del Libro Infantil y Juvenil de Brasil por Frida Kahlo. Una biografía. Ante este tipo de reconocimientos, la ilustradora muestra cierta indiferencia. Lo considera algo un tanto subjetivo y a lo que no le presta demasiada atención, aunque sí le resulta especialmente gratificante saber que le leen en otros países y disfrutan de sus ilustraciones. En ese sentido, el libro sobre Frida es el que le ha dado a conocer a nivel mundial y le ha abierto las puertas. “Gracias a él las editoriales han confiado en mí y me han dado la oportunidad de ilustrar y escribir. Estoy muy contenta y agradecida”, afirma.

A la hora de ilustrar textos, las ilustraciones deben ser capaces de transmitir emociones y contar historias. Comenta que, para conseguir una conexión emocional y profunda con el espectador, debes ser honesto contigo mismo. No cree que se deba pensar únicamente en las preferencias y necesidades del comprador, sino en lo que el ilustrador quiera hacer y cómo desee llevar a cabo. La ilustradora explica que existe un proceso en el que investigas cómo desarrollar tu creatividad, para poder llegar así al fin de lo que realmente buscas transmitir. Hace hincapié en que, el saber escuchar a uno mismo es esencial para dar forma a aquello que se busca expresar.

Son numerosas las personas que, hoy en día, se quieren dedicar a la ilustración. Ante esto, opina que hay una forma clara de diferenciarse del resto; y es no hacer lo que todo el mundo hace, por muy de moda que esté. “Hay que mostrar nuestra propia visión de las cosas”, declara. Además, considera que, en gran parte, el triunfo del libro Frida Kahlo. Una biografía fue gracias a su percepción de la historia, la representación visual y la interpretación de su vida aquello que atrapó y conquistó al público. “En el fondo, habrá personas a las que les guste tu arte y a las que no. Yo decidí apostar y ser fiel a mi estilo. Podría no haber funcionado, pero funcionó”, asegura la ilustradora.

María Hesse en su estudio en Madrid. Foto_María Hesse
María Hesse en su estudio en Madrid. Foto: María Hesse

Para los artistas, el proceso creativo es aquel que le permite llevar a cabo una idea desde su concepción original hasta su realización final. Cada uno de ellos tiene un proceso distinto y personalizado según su estilo. Afirma que, lo primero que hace siempre antes de empezar con un encargo es un proceso inicial de documentación. Realiza una búsqueda inmensa de información a través del visionado de películas, series, documentales, lecturas sobre la vida de autores, libros de sexualidad femenina… Esto le ayuda tanto a la parte escrita como a la visual. “Necesito comprender qué es lo que quiero contar, para así saber representar la parte gráfica también”, declara. El siguiente paso que realiza es una investigación más visual y física. En el caso del libro de Frida, se documentó sobre sus obras, fotografías, textos… para así poder pasarlo luego a su propio terreno y estilo. Si es un libro propio, como Malas Mujeres, lo que la ilustradora busca con esta exploración más gráfica es reapropiarse del lenguaje de la pintura prerrafaelita, de claros tintes machistas, y poder hablar así de la mujer mala desde una perspectiva reivindicativa y positiva.

Saber escuchar a uno mismo es esencial para dar forma a aquello que se busca expresar

En todo proceso de creación son habituales los bloqueos creativos. Aunque, según expone, “la creatividad es un músculo que se ejercita, por lo que estos son, algunas veces, evitables”. Ante esto, confirma que, cuando se encuentra sumida en un libro, es más complicado que le ocurran; ya que se encuentra inmersa en el ambiente creativo. Es cierto que, cuando los ha tenido, siempre le ha venido bien parar un rato, desconectar, pasear, centrarse en otra cosa… y luego, volverlo a plantear de nuevo con la mente más despejada. A veces, ha recurrido a libros de técnicas de creatividad, ya que son una muy buena herramienta cuando falta . También los ha recomendado y empleado en los talleres que imparte sobre arte a grupos interesados. “Recurrir a técnicas creativas es algo tan importante como la obra final en sí”, argumenta. Aunque, afirma que no suele acudir a ellas asiduamente, ya que se ve continuamente sumergida en un ambiente creativo. En referencia a lo anterior, Hesse suele hacer referencia a una cita de Picasso: “qué curioso que la inspiración siempre me pilla trabajando”. Y no le falta razón, cuando un artista se encuentra centrado y metido plenamente en su obra, su imaginación es un no parar.

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María Hesse en su estudio en Madrid. Foto: María Hesse

El pasado 11 de abril la editorial Lumen sacó a la venta la nueva edición de Frida Kahlo. Una biografía, por el 70 aniversario de su muerte. La ilustradora afirma que posee cubierta y guardas nuevas, ilustraciones nunca vistas, contenido inédito… Actualmente, está trabajando en un nuevo libro que saldrá en septiembre. No nos ha podido dar muchos más detalles, pero lo que sí ha dejado claro es que está muy ilusionada, con ganas de verlo ya en las librerías y recibir el feedback de los lectores.

Llega la hora de cerrar las puertas del estudio, dejar las pinturas y lavar los pinceles; el viaje ha llegado a su fin. Pero antes, menciona que, para trabajar en el mundo del arte y la ilustración, hay que ser constante y muy perseverante. “No es un mundo fácil, es complicado y sacrificado. Seguramente te encontrarás muchos noes por el camino, pero eso no te puede frenar a seguir brillando”.