Cáceres es la pequeña gran ciudad de las pintadas y los takeos. Para aquel que no esté familiarizado con este argot, nos referimos a los comúnmente conocidos como grafitis. Al hablar de ciudades, donde reinan las pintadas, siempre se piensa en grandes núcleos como Berlín, Londres… pero hay pequeños lugares, como esta ciudad extremeña, donde el afán por firmar es algo que corre por sus venas. Están en todos los lugares, en todas las esquinas de Cáceres hay firmas.
Para poder mostrarlo de una forma visual podéis emplear este mapa interactivo con algunas de las pintadas más conocidas entre los cacereños, y ciertas curiosidades de algunos de ellos. Hay auténticas leyendas en la historia de los grafitis de Cáceres, como por ejemplo los GatosLokos. Nadie conoce sus identidades, pero todos saben que son un grupo de hombres de entre unos 30-40 años con hijos. Este inusual grupo no solo pinta de forma ilegal, sino que lo hace a lo grande, como se puede apreciar en la ubicación morada. Asimismo, en otras ubicaciones más cercanas al centro urbano, se pueden encontrar takeos o firmas más pequeñas de autores menos conocidos; hay cientos, aunque en el mapa aparezcan solo unos pocos ejemplos.
Todos pintan o conocen a alguien que pinta, es el sello de identidad de esta ciudad que venera el estilo punki y desenfadado. Es una ciudad pequeña, pero con personalidad y así son sus pintadas; unas más elaboradas y otras más desenfadadas. Hay muchos artistas urbanos que pintan en lugares abandonados y le dan una nueva vida a un mobiliario urbano ya rechazado; pero no hay que confundir esto con actos vandálicos en zonas más protegidas por ser Patrimonio Histórico como es el casco antiguo.
A pesar de ello, no todo es tan bueno como parece. El Ayuntamiento de Cáceres ha elaborado campañas de limpieza de pintadas, puesto que aparecen una y otra vez. Estas pintadas, aunque dan personalidad a la ciudad, causan un gasto muy grande a las arcas municipales. Las campañas de limpieza empezaron ya en el año 2015 a través del Consorcio Cáceres Ciudad Histórica. Esta campaña estuvo acompañada de charlas en institutos para concienciar a la población. Posteriormente en 2017 se lanzó una segunda campaña y ahora, el diciembre pasado, se lanzó la tercera campaña. Esta ha dejado un sabor agridulce para algunos de los afectados en la zona del Casco Antiguo puesto que los takeos han vuelto después de una inversión de unos 3000 euros para arreglar ciertas fachadas.