domingo. 24.11.2024

Julia Godoy

Siempre nos quejamos de que no nos da tiempo a hacer nada y nos pasamos el día agobiados, nerviosos y con prisas porque nos falta tiempo. Ahora, es el momento de hacer todo lo que no has hecho pues te pasabas el día corriendo de un lado para otro. Y no hablo de viajar, quedar con tus amigos o terminar el trabajo que no te dio tiempo... Hablo de otras cosas, más pequeñas y significantes.

Durante esta pandemia mundial, en la que ya llevamos cincuenta días confinados, nos sobra el tiempo y tenemos que aprovecharlo. Es el momento de interiorizar con uno mismo, de preguntarnos ¿cómo nos sentimos? Porque sin darnos cuenta estamos más pendientes de los demás que de nosotros, y no digo que sea malo. Solamente pienso que hay que pararse a hablar con uno mismo, seguro que hay cosas que aún no conoces de ti.

Ahora, es el momento de leer esos libros llenos de polvo, abandonados en las estanterías que con las prisas no te ha dado tiempo a leer. De subrayar lo que te enseña ese libro para ponerlo en práctica. De escribir algún que otro verso que se ha quedado guardado en tus pensamientos. De coger el teléfono y llamar a esa persona que hace tiempo que no sabes nada de ella. De disfrutar con tu familia y quedarte hasta tarde escuchando anécdotas, riéndote a carcajadas de las que no te dejan respirar y recordando las mejores de tus hazañas. Porque antes, para todo esto, no tenías tiempo, ibas con prisas.

Es momento de valorar y de agradecer. La vida sin quererlo nos está brindando una oportunidad para ver las cosas diferentes. Nos está demostrando que el tiempo vale oro y tú eliges con quién pasarlo. Yo no sé si estamos preparados para prestar atención a lo que antes ni siquiera mirábamos, pero estoy segura de que muchos de nosotros seremos capaces de darnos cuenta de quién estuvo cuando te faltaba el aire. Ahora, los besos, los abrazos, las caricias y las cervezas al sol van a valer el doble y tienes que estar preparado para saber con quién quieres compartirlo.