Hay momentos en la vida que causan gran impacto y sentir estrés es una reacción normal a un cambio o desafío. En este sentido, cada ser humano va a actuar de manera diferente ante la adversidad.
Según la RAE, el estrés es la "tensión provocada por situaciones agobiantes que origina reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos".
Se puede interpretar que una situación estresante tiene que ver con aquello que aturde al ser humano y que, además, causa malestar, bien sea físico, psicológico o social.
En general, el estrés puede estar asociado a varios factores. Algunas de las causas más comunes son:
- Exámenes o presión con respecto al ámbito educativo.
- Sobrecarga y poca satisfacción laboral.
- Problemas familiares.
- No tener tiempo libre.
- Discusiones con tu pareja o amigos.
- No saber decir que no.
- Muerte de algún ser querido.
- Intentar ser siempre perfect@.
- Atascos de tráfico.
La realidad es que pese a que parezca que lo que genera estrés es generalmente mental, esto no siempre es así, ya que en muchas ocasiones las causas pueden ser físicas (falta de sueño, dolor de cabeza, problemas con el acné, sobresfuerzo o hambre).
Para manejar el estrés, lo primero que se debe hacer es reconocer su presencia en nuestro día a día, sin pretender buscar unas señales comunes a todas las personas.
Lo más importante en este punto es identificar todas las situaciones que generan estrés (tensionantes), para enfrentarse a ellas sabiendo cómo actuar o, si es posible, directamente evitarlas.
Existen numerosas formas de abordar las situaciones que generan estrés. De hecho, es fundamental enfrentarse a ellas para mejorar la calidad de vida y el bienestar tanto físico como mental.
Algunas de las técnicas son:
Gestión emocional |
Tratar de tener un control sobre uno mismo para encontrar nuestro momento de liberación de la forma más beneficiosa posible. |
Comunicación |
Transmitir el mensaje adecuado cuando lo necesitemos o para pedir ayuda. |
Organización del tiempo |
Generar un planing en base a nuestra prioridades teniendo siempre claras las metas que se quieren alcanzar. |
Rutina |
Proporciona seguridad, organización y bienestar. |
Resiliencia |
Sobreponerse a los problemas para seguir disfrutando de la vida. |
Vivir el momento |
No pensar en el pasado ni en el futuro y centrarse tan solo en el presente, en lo que te hace feliz. |
Aceptación |
Adaptarse y aceptar lo que no se puede cambiar |
Además de estas técnicas, existen muchas otras formas de manejar el estrés, como pueden ser:
1. Hacer deporte para evadirnos de la realidad.
2. Practicar ejercicios de relajación.
3. Descansar lo suficiente.
4. Mantener una dieta equilibrada.
En conclusión, es importante reconocer que hay muchas situaciones estresantes y que estas van a causar más o menos malestar dependiendo de diferentes variables. Por ello, lo esencial es tener en cuenta las estrategias mencionadas anteriormente para no hacernos daño. De esta forma, se comprende que las emociones negativas hacen parte del camino y que no está mal sentirlas si las acabamos gestionando.
Una situación estresante no deja de ser una crisis y, por lo tanto, una oportunidad de crecimiento.