Estimado Adam Silver:
Soy consciente de que debería haberle escrito hace mucho tiempo, pero no fui lo suficientemente valiente. Tal vez no quise errar siendo impulsivo y lo lamento profundamente hoy, pues desafortunadamente he visto cómo este problema ha alcanzado límites insospechados en las últimas semanas. Debido a mi falta de atrevimiento y mi aturdimiento persistente, dejé el deporte que más venero, el baloncesto, se desmorone por completo. Seré claro y conciso en mi reclamación: por favor, le ruego que saque, eche, despida a Stephen Curry de la NBA. Creo que debería haber hecho esto antes, pero entiendo que no tuvo la ocasión de apreciar lo que yo vi. Lo he estudiado de forma tan obsesiva que me llegó a dar, incluso, alguna rabieta. Tal vez aún no se haya dado cuenta de la magnitud de este acontecimiento, y es que alguien ha conseguido descifrar nuestro mecanismo de juego.
Me gustaría preguntarle, ¿ha escuchado alguna vez el nombre de Joseph Hobson Jagger? ¿No? Le explico, en el siglo XIX este hombre con nacionalidad británica y siendo ingeniero mecánico llegó a desbancar el casino de Montecarlo y ganar millones de francos tras entender un patrón que siempre falla, el error de probabilidades que le garantizaba las ganancias constantes en el juego de la ruleta. Estudió las imperfecciones de las mesas, hizo variables matemáticas y llegó a saber cuáles eran las mejoras zonas para jugar y, obviamente, lo usó a su favor. Era una amenaza para el casino. No sabían cómo lo hacía.
El casino de Montecarlo en 1881
¿Va entendiendo ahora por dónde van los tiros, señor Silver? Hobson Jagger es para el casino de Montecarlo lo que Stephen Curry es para la NBA. El jugador ha utilizado patrones numéricos altísimos como el ingeniero usó en 1870, aunque el primero no ha necesitado tanto estudiar el juego desde fuera, pues él mismo es quien reparte las cartas, como si de un crupier se tratase.
Le invito a que se imagine la sonrisa de Hobson Jagger al llegar cada noche a su casa con la sensación de haber estado constantemente ganando y que la compare con la de Curry cuando los Golden State Warriors presentan a este jugador cada fin de semana en sus partidos. Intente comprender la relación que hay entre los dos personajes.
Stephen Curry viviendo el mejor momento de su carrera // NBA
Llevo bastantes años viendo a este jugador y aún sigo sin comprender cómo se puede llegar a convertir alguien tan joven en el mejor tirador de la historia de este deporte si no es haciendo trampas. Tengo la seguridad de ello, es un farandulero y tarde o temprano desmantelaremos su espectáculo teatral. De otra manera es inexplicable. ¿Cómo se traga uno que cada lanzamiento de balón que realiza a cualquier distancia y a cualquier nivel de velocidad lo enceste sin utilizar hilos, trucos de manos o ilusiones? La destreza que tiene este chico para dejar a sus contrincantes como verdaderos inútiles que no tienen ni idea de jugar al baloncesto es, de verdad, abrumadora. Algo ha tenido que hacer, un pacto con el diablo, o algo por el estilo, para que anote ahora, con 33 años, más que antes. Es una bufonada y le aseguro que nadie puede hacer las cosas tan sencillas sin una varita mágica.
Señor Silver, es crucial que eche a Stephen Curry de la competición lo antes posible. La brecha y las desigualdades son cada vez más grandes. Hemos de tener en cuenta que el resto de los jugadores no son capaces de entender este fenómeno, por lo que cogen los principios de la carrera de este jugador y abogan por la disciplina que tiene al entrenar y al jugar. ¡Disciplina? Me río yo de esa excusa paupérrima, vamos, como si existiese un croquis que te indica lo que tienes que hacer para reproducir algo así.
Acabe con esto de una vez, se lo ruego. El progreso que ha ejecutado este tío es surrealista, ¿qué va a ser de nosotros, los fans de esta competición, después de este hito? ¿A quién vamos a admirar tras este listón? El Hobson Jagger del baloncesto está aquí, lo está destruyendo todo a su paso y se quiere quedar con todos los récords de la historia de la NBA para él solo, aunque lo peor de todo no es eso, sino que lo está consiguiendo. Hay que darse prisa para llevar a cabo esta operación porque ha descubierto el secreto de nuestro deporte y tenemos miedo a que lo desvele en cualquier momento. Cuando llegue ese día estaremos sentenciados y le soltaré un “se lo dije”. Dígales adiós a los equipos, a los jugadores, a las franquicias, al equipo técnico y a la dirección de esta competición. Porque sí, aunque no lo crea, esto le salpica a usted también.
Stephen Curry en los últimos All-Star // NBA
Haga un anuncio, un comunicado, una norma que no le permita jugar porque se apellide Curry, no sé, usted sabrá. Hasta los chicos de la cancha a la que suelo ir los fines de semana lo estudian y lo imitan jugando entre ellos, aunque, agradecido con el de arriba, sin éxito. Lo importante es que no han descubierto el truco todavía.
Elimínelo y volvamos a la normalidad que nos gustaba a todos, en la que a veces metía uno, a veces otro, a veces se repetía de manera ocasional el MVP de un partido y en muy pocas ocasiones se batían récord. ¿Es consciente de que esto es anormal? ¿No nota que es siempre lo mismo? Reflexione, se lo pido: no más rivales, no más retos. No tiene sentido: Stephen Curry es una amenaza y hay que echarlo de aquí cuanto antes.