Durante el pasado fin de semana se celebró Desafío Doñana, una prueba de triatlón que ha tenido lugar en Sanlúcar de Barrameda y que ha demostrado gozar de muy buena salud en su décima edición.
En la mañana del sábado 21 tuvo lugar la prueba absoluta, tanto en categoría femenina como masculina. Esta prueba de triatlón cuenta con una serie de peculiaridades que la diferencian del resto. El orden y distancia de las pruebas, 100 km de ciclismo, 1 km de natación y 30 km de carrera a pie; la localización, en la desembocadura del Guadalquivir y en el Parque Nacional y Natural de Doñana; y el concepto de “recorrido vivo”, dependiente de las mareas y corrientes del río, hacen de Desafío Doñana una competición única dentro de la disciplina. La prueba ha venido a demostrar, según los organizadores del evento, la creciente relación existente entre el turismo y el deporte, algo muy beneficioso para toda la economía de la zona.
Un total de 337 atletas, de 370 que iniciaron el recorrido, consiguieron superar la prueba al completo, pero lo que llama la atención de esta cifra es la desproporción entre géneros. Solo diez fueron las mujeres que cruzaron la línea de meta. Alba Reguillo y Dani Pérez fueron los ganadores de sus respectivas categorías. Durante la entrega de premios estuvieron presentes numerosas personalidades de la política andaluza.
El viernes 20 de septiembre por la tarde, fue el momento de los más pequeños, que pudieron disfrutar de su particular “Mini Desafío”. Repartidos en cinco categorías adaptadas a cada segmento de edad, desde prebenjamín a cadete, alrededor de 200 niñas y niños disputaron la prueba dividida en tres tramos. La peculiaridad con respecto al tradicional triatlón es que la prueba de ciclismo fue sustituida por un segundo tramo de carrera a pie. Tanto los tramos de carrera como el de natación tuvieron lugar en la playa de Bajo de Guía.
Cabe destacar que, teniendo muy en cuenta el lugar donde se desarrolla la competición, el respeto y el cuidado del medio ambiente son factores de vital importancia para la organización. Desafío Doñana defiende activamente la política proteccionista del entorno. Entre las medidas implementadas para el desarrollo responsable de la prueba cabe mencionar la prohibición de acceso de cualquier vehículo a motor a la playa de Malandar, en Almonte, Huelva, punto en el que tiene lugar la carrera a pie por la playa. La única excepción es para vehículos pertenecientes al Parque o aquellos que hayan sido autorizados previamente.
Durante esta edición Desafío Doñana ha incrementado sus inscripciones en un 1,6% con respecto a la edición anterior, lo que crea grandes expectativas para 2020 para la que es considerada una de las competiciones deportivas más duras de Andalucía.