domingo. 24.11.2024

Gabriel Poveda del Río

En estos días, en los que nos encontramos confinados debido al “monotema”, creemos que nos falta la libertad, pero solo por el simple hecho de que nos ha sido arrebatada, por nuestro bien. Todos aquellos que salían con frecuencia antes, ahora lo añoran, y los que no lo hacían tan frecuentemente, también. Somos así, y más si dependemos de nuestra forma de ser y cultura española.

Sin embargo, dejando a un lado los muertos, el sufrimiento de los sanitarios, de las familias que no han podido enterrar a sus seres queridos y la gota de sudor que cada día cae de la frente del presidente, la cuarentena está sacando lo peor de cada uno en algunos casos, y lo mejor en otros.

Por un lado, muchos muestran, de forma orgullosa, su hipocresía, por ejemplo, al salir dos padres con sus hijos y pararse a hablar con otros, provocando acumulaciones y sin respetar al menos 5 medidas de seguridad, para luego creerse que cumplen con su función de ciudadanos al aplaudir todos los días a las ocho de la tarde por los sanitarios. También, sobre esa hora, siempre hay un vecino o grupo de vecinos, que no sabe en qué emplear su tiempo, y con todo el derecho del mundo, sacan un altavoz y ponen su repertorio de clásicos españoles de cualquier época, creyendo que así animarán al barrio. Quizá, esto pueda ser cierto con una o dos canciones. Cuando ya van por la quinta canción, la desesperación comienza a aparecer. Después de hora y media de “concierto”, solo piensas en distintas formas, no muy éticas, de obtener silencio el próximo día.

Por otro lado, estamos pasando más tiempo con nuestra familia, hemos tenido conciertos por IGTV, a la gente le ha dado por cocinar y se han multiplicado los vídeos de entrenamiento en casa. Hay que decir, que, en mi caso, estoy sacando bastante partido de este tiempo de confinamiento. Quitando el horario de clases y el tiempo empleado en trabajos, el resto del día lo invierto en todo lo que no me daría tiempo a hacer en un día en libertad. Desde que estoy en casa, hago ejercicio 4 o 5 veces a la semana, he terminado de ver Friends y dos series más, he visto más de 20 películas, he leído 6 libros, estoy aprendiendo a usar un programa de modelado 3D y he retomado hobbies que tenía un poco abandonados.

¿Es entonces una cuarentena un período de estrés y ansiedad que deseamos terminar como nos dicen en los telediarios o es un tiempo necesario de reflexión, de tiempo dedicado a ti y a todo lo que no haces normalmente? Me despido, mirando por la ventana, desde la que veo unos cuantos runners que, en condiciones normales, se descargarían una app a modo de mando de la televisión por no alargar el brazo a la mesa.