jueves. 21.11.2024

Miguel Rosales

El 19 de marzo Pablo Iglesias se ponía a cargo de las residencias y después de un mes, lo único que sabemos son cifras inexactas de fallecidos, y de la pasividad e ineficacia en un tema tan trascendental como la vida de nuestros mayores. A la falta de test y pruebas pertinentes en las residencias, se le suma la falta explicaciones de un vicepresidente que se niega a darlas en pleno congreso.

Abandonados, desamparados, dejados de la mano de Dios. Así se sienten hoy los que han dado su vida por nuestro país, los que han perdido a los suyos a causa de la guerra, del hambre y de la miseria. Así se sienten hoy los que tras una guerra civil y una dura dictadura, levantaron un lugar al que hoy sus habitantes pueden llamar hogar.

Estamos dejando de lado a una generación, la generación que lo daría todo por nosotros. Contamos cada día los datos y las cifras de fallecidos como si sus vidas carecieran de valor e importancia, como un simple dato más.

La pandemia ha destapado una gran hipocresía por parte de muchos habitantes. Se iniciaba la fase de desescalada y los mismos que aplaudían en el balcón cada tarde, aprovechaban esta situación para saltarse las normas y reunirse con amigos. Además, la pandemia también ha traído consigo una falta de empatía evidente por aquellos que están viendo a sus familiares sufrir.

Únicamente nos piden permanecer en casa, por lo que es el momento de disfrutar con la familia, de pasar tiempo con ellos, de pensar en los demás, y, sobre todo, es la hora de pensar por aquellos que durante tanto tiempo han estado, y seguirán estando junto a nosotros pase lo que pase. Ahora nos toca a nosotros cuidarles a ellos, con responsabilidad, con sentido común, con empatía.

Vamos a darle la importancia que se merece a las vidas humanas, a dejar de pensar en nosotros mismos, y a actuar en función de los demás. Estamos a tiempo de dejar de ser la generación absorbida por las redes sociales y por la presión que nos imponemos a nosotros mismos en ellas. Ya tendremos tiempo de disfrutar de nuestros amigos, pero por el momento, seamos conscientes de la situación y ayudemos a tantas familias que necesitan nuestra responsabilidad, hagámoslo por ellos.

Por una vez, seamos solidarios.