Si hablamos del eje central del panorama social internacional es realmente complicado no mencionar a alguna de las integrantes del clan Kardashian.
La familia, formada por las cinco hermanas y su madre Kris Jenner, se han convertido en verdaderos líderes de opinión y en el centro de atención de todos sus seguidores. Sin embargo, no siempre se han encontrado en la cima del panorama social. El salto de su padre, Robert George Kardashian, a la fama como uno de los abogados más importantes de Estados Unidos por su participación en el juicio de O.J. Simpson fue verdaderamente el detonante de todo. Pero fue realmente unos años más atrás cuando con la firma para el reality basado en sus vidas Keeping Up With The Kardashians todas las miradas se centran en sus vidas.
Muchos opinan que la imagen que ofrecen sobre ellas mismas y sobre su vida está un poco distorsionada, basada en el lujo, el dinero y los numerosos retoques estéticos que han llevado a cabo y que, su éxito está fundamentado en la constante exposición de sus vidas privadas. Sin embargo, hay un aspecto en el que es verdaderamente interesante profundizar: ¿Y si las Kardashian fueran el símbolo feminista en el que debemos fijarnos? ¿No es lo que queremos las mujeres, ser libres sin ser juzgadas por aquello que llevamos a cabo?
Es indiscutible que la vida de estas mujeres está marcada en todo momento por la polémica y por exponer su vida privada a la opinión pública. Sin embargo, no se puede dudar que son mujeres empoderadas, mujeres que en ningún momento han necesitado a otra persona al lado para hacer de su vida una auténtica fuente de éxito, mujeres que en todo momento, a pesar de levantar polémica a cada paso que dan, han hecho todo y cuanto querían sin importarle nada de su alrededor.
Su mayor ejemplo se encuentra en la más pequeña de las Kardashian, Kylie Jenner, que con solo veinte años ha conseguido ser la billonaria más joven según la revista Forbes. La joven con su marca de cosméticos Kylie Cosmetics ha logrado en menos de tres años ser una de las empresarias más influyentes a nivel internacional. Además, tanto ella como su hermana Kim Kardashian se encuentran entre las personas con más seguidores a nivel mundial en sus cuentas de Instagram.
Todo esto ha provocado que todas y cada una de las hermanas Kardashian se hayan convertido en el centro de atención a nivel social, siendo también demandadas por numerosas marcas de moda como imagen así como la constante proliferación de todos y cada uno de sus negocios.
Es indiscutible que sus vidas han sido marcadas por la polémica, sin embargo, se debería ir más allá. Son mujeres libres, empoderadas, que en todo momento han decidido sobre sus vidas y sobre todo, son mujeres emprendedoras cuyo éxito está basado en el trabajo.
Quizás y aunque cueste reconocerlo, las Kardashian son la imagen feminista en las que nos falta fijarnos.