La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, sigue promoviendo numerosos actos y aprobaciones en el Parlamento andaluz para dar a conocer a la oposición que los socialistas siguen sin desviarse de sus objetivos y mostrar así que las elecciones todavía pueden esperar.
Esta semana en el Parlamento se debatieron tres leyes que en caso de contar con su aprobación, pueden ser las últimas de la legislatura socialista si Díaz convoca las elecciones en los próximos días.
Susana Díaz ha afirmado que “hasta que pueda gobernar lo haré, y después que hablen los andaluces”. Dicha respuesta ante los intentos de los partidos políticos de la oposición por saber cuándo se celebrarán las próximas elecciones autonómicas, ha provocado el descontento por parte de estos.
Se puede ver ejemplificado el malestar socialista, en la respuesta vía Twitter que Díaz destinó a Pablo Casado después de que el presidente de los populares dijera:“Es inédito que en Andalucía siga gobernando el PSOE tras 40 años de nefasta gestión”.
La incertidumbre generada durante esta última semana de septiembre se ha visto incrementada por la ruptura con Ciudadanos, que han añadido presión a las socialistas, más si cabe. Por su parte, los populares han añadido más presión si cabe para sonsacar a la presidenta cuándo será el día en que se celebrarán las autonómicas.
Todo apuntaba hacia unas urnas listas para que los andaluces ejercieran su derecho a voto el 25 de noviembre, algo que está cada vez más difícil, ya que si fueran dicho día, a la presidenta le quedarían pocas horas para anunciarlo (entre el día de hoy y mañana lunes). Hay que tener en cuenta que debe existir un margen de 54 días para la celebración de las elecciones.
El lado socialista se muestra tranquilo, posiblemente conocedor de que las urnas se abrirán en las fechas cercanas a Navidad (los días 2, 16 o 23) a excepción de la segunda semana de diciembre que coincide con el puente de Andalucía y se espera una baja participación.
Celebrar estas elecciones a final de año puede llegar a tener fuerte repercusión a nivel nacional, ya que en Andalucía el PSOE lleva gobernando desde hace más de 30 años, y el cambio de partido en dicha comunidad autónoma no sentaría bien en Moncloa ya que perderían una importante parte del apoyo que tienen en el Congreso de los Diputados.
¿Será esta la semana en la que los andaluces conozcan su devenir?