El Conflicto de Cachemira se ha convertido en una cuestión internacional. Para entender sus claves es necesario conocer más allá de quiénes son sus principales actores y qué acciones y movimientos se están llevando a cabo.
Cachemira constituye una región al norte de India, con al menos 12,5 millones de personas. Su religión predominante es el islam y sobrevive dentro de un país de mayoría hindú como lo es el subcontinente indio. Sin embargo, esta diferencia se convierte en punto de unión con su país vecino, Pakistán, también de mayoría musulmana.
Semanas atrás, la telefonía móvil ha sido suspendida y se han retirado los servicios de Internet; se han producido detenciones masivas y un goteo de enfrentamientos asola la región desde hace más de un mes.
Inmran Khan, primer ministro pakistaní, ha anunciado que llevará la decisión a las Naciones Unidas o a la Corte Internacional de Justicia considerándola ilegal. Lo cierto es que Cachemira está sujeta a las resoluciones del CSNU (Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas) al ser reconocida internacionalmente como “territorio disputado”. La suspensión de la autonomía de la Cachemira india ha sido vista como un retroceso democrático en la política de Modi con respecto a la región, provocando un endurecimiento del histórico conflicto con Pakistán.
¿Qué está pasando en Cachemira?
Cuando el Raj Británico alcanzó su independencia de Gran Bretaña en 1947, la tensión se convirtió en protagonista durante el reparto de los que serían territorio de los nuevos Estados de India y Pakistán. Este último se fundó para reunir a la minoría musulmana de la extinta colonia británica. Ese mismo año se desató la primera Guerra de Cachemira, que acabó con miles de personas.
Sin embargo, ¿qué explica entonces que Cachemira sea parte de India y no de Pakistán si están unidas por la misma religión? Hay dos versiones que atribuyen una explicación al porqué de que Cachemira forme parte de India y no de Pakistán:
La primera la protagoniza el Maharajá Hari Singh, rey de Cachemira en 1947. En cotubre de ese año, tribus pakistaníes decidieron invadir la zona para liberarla de este mismo rey. El monarca, que sabía que no podría hacer frente al ataque, decidió firmar un estatuto de adhesión a India y solucionar así la situación. La segunda versión mantiene al protagonista, pero sostiene que la elección de anexionarse a India fue puramente religiosa y no consecuencia de la invasión. A pesar de que en la zona hubiese una mayoría musulmana, el Rey prefirió unirse a India porque él mismo, personalmente, era hindú. A día de hoy se desconoce cuál de ambas versiones es la cierta, a pesar de que la información que se da en ellas no es incorrecta, ya que Hari Singh era hindú y los pakistaníes también invadieron Cachemira.
Aun así, más que lo que ocurrió, debemos preguntarnos el porqué de que Cachemira se convirtiese en un territorio tan importante como para seguir enzarzados en un conflicto que perdura hasta día de hoy. Ana Gómez Adeva, investigadora en el Instituto Español de Estudios Estratégicos, lo detalla perfectamente en su artículo “Cachemira, la región más codiciada de Asia”. La principal causa por la que es una región tan codiciada por India y Pakistán es "el honor". Tras alcanzar sus respectivas independencias, ambos países no podían permitirse dar muestra alguna de debilidad y tampoco ceder la inmensa región al estado rival sin ningún tipo de oposición.
¿Por qué es importante Cachemira?
Cachemira no es un lugar de tierras fértiles con grandes bondades agrícolas, pero la zona es estratégicamente interesante. La región, situada entre India, Pakistán y China, conforma uno de los lugares más interesantes del mundo, una zona que comparte fronteras con tres de los nueve estados que poseen armas nucleares. Además, la cantidad de ríos que recorren el territorio hace de Cachemira un proveedor clave de recursos hídricos de los que solo disfruta India y de los que carece Pakistán. Recursos que acaban alimentando la gran industria agrícola que tantos beneficios da al gigante indio.
Así, la situación geoestratégica convierte a Cachemira en una zona interesante, también supone que lo que ocurra en su territorio se convierta en una cuestión de interés internacional. Ambos bandos beligerantes del conflicto, India y Pakistán, poseen armas de destrucción masiva y ambos coinciden en su negativa a la aprobación del Tratado de No Proliferación Nuclear, argumentando que este acuerdo provoca una división entre países “nuclearmente ricos” y “nuclearmente pobres”.
Estas cuestiones hacen que la idea de reconocer la situación como un conflicto religioso deje de tener tanto peso y comience a verse como un conflicto político legitimado a partir de la religión.
Hasta el momento, la actualidad presenta a Cachemira como una región en la que ha sido suspendido su Tratado de Autonomía. Tras esto, 3.800 personas han sido detenidas.
Narendra Modi, primer ministro indio con mayoría absoluta en las dos cámaras del Parlamento, suspendió el artículo 370 de la constitución india, hasta ahora, la más larga del mundo. Este otorga un estatus autónomo a Jammu y Cachemira. Según Europapress, su formación, el Partido Popular Indio, argumenta que “esta decisión aliviará tensiones y ayudará a Cachemira a integrarse debidamente en la economía india”. Hasta ese momento, Cachemira conformaba un Estado de facto en India, que disponía de todas las competencias excepto de aquellas relacionadas con Defensa y Política Exterior. Ahora conforma una región más del país.