El coche conectado es el coche del futuro… y del presente. Aunque suene lógico, se trata de aquellos vehículos que, de una forma u otra, conectan con otros dispositivos, con nosotros mismos y con nuestro entorno. Esto es posible gracias al desarrollo de las tecnologías, especialmente las implicadas en la conectividad. Algunos de estos avances son el reconocimiento facial, lector de huellas (sustituto de las llaves), sensores encargados de velar por nuestro estado de salud, híper conectividad con el móvil y mega pantallas de info-entretenimiento, entre otros muchos avances. En realidad, esto no ha hecho más que empezar.
Se estima que para el año próximo el 100% de vehículos nuevos sean coches conectados. Esto es una realidad de la que ya disfrutamos. Hoy en día podemos ver que los últimos modelos del mercado se pueden conectar de forma plena con el móvil, permiten cambiar la radio o el aire acondicionado con simples gestos y continuamente están conectando con el exterior para analizar el estado de la vía o mostrarte las señales de tráfico en la pantalla.
Para conocer un poco mejor la situación, tanto actual como futura, del coche conectado hablamos con Francisco Montero, ingeniero industrial y actual profesor en la Universidad Loyola Andalucía. Nos comenta que colabora con la asociación SevillaUp encargada, entre otras cosas, de organizar numerosos Start Up Weekends. De ahí le viene esa implicación en el mundo del emprendimiento tecnológico, aunque él empezó en ese ámbito mucho antes.
En cuanto al coche conectado dice que, desde su punto de vista de outsider, “es un cambio en el paradigma de la conducción e incluso de la conexión del hombre con su entorno, con la ciudad”. Actualmente, él concibe, y es una realidad, que el coche y su uso presenta numerosos defectos, como la masificación de la compra de vehículos, la contaminación y la saturación del tráfico.
Por otra parte, también encuentra en el coche conectado un filón de negocio. Los datos recogidos por el vehículo puede crear toda una serie de elementos comerciales que giren alrededor de la vida del conductor y sus ocupantes en el momento del viaje, antes y después. La conectividad del vehículo puede ofrecer una cantidad de datos tan amplia sobre las personas como los propios móviles o las aplicaciones que usamos. Recalca que todo esto es, a priori, sin entrar en aspectos éticos.
Francisco ve el futuro de la movilidad como la combinación de tres conceptos o realidades, que sin duda, están presentes en mayor o menor medida y que, por supuesto, en el futuro estarán mucho más consolidadas. Se trata de la conducción autónoma, llevándola un paso más allá sin la necesidad de presencia humana dentro del vehículo; el car sharing, para así reducir el volumen del tráfico y las energías limpias como medio de propulsión, para reducir la contaminación.
Finalmente, menciona otra transformación radical, se trata de la generación distribuida “y es que nos vamos a olvidar de grandes plantas de generación energética con las emisiones que ello conlleva y vamos a poder equipar nuestros edificios con pequeños aerogeneradores o paneles solares para obtener energía de recursos sostenibles y renovables, almacenando la energía en baterías. Eso luego se podría emplear para cargar coches o abastecer hogares y, si sobra, se podría ceder a un vecino que le haga falta.”
¿Qué sabes sobre los #edificiossostenibles? ¿Eres capaz de indentificarlos? @elmundo publica este reportaje sobre la herramienta @GbceVerde y algunos de los edificios certificados con ella, como el #INDUVA, que además tiene #aislamientoURSA. https://t.co/vyUYIr3rTE
— URSA Ibérica (@URSAiberica) January 2, 2020
Concluye mencionando que “ese cambio de paradigma no solo afecta al vehículo, sino que este es una pieza más en el futuro que va a adoptar un papel protagonista (más si cabe) en ciudades sostenibles. Se va a dar un cambio radical en el concepto de las ciudades y el coche conectado en su conjunto y como concepto va a tirar del carro, nunca mejor dicho.”