Pese a contar con una efectividad del 98% según el informe “Los anticonceptivos orales: criterios de selección, utilización y manejo” elaborado por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España, el porcentaje de mujeres que deja de utilizar este método por miedo a perjudicar su salud incrementa desmesuradamente. La mayor parte de la información con la que cuentan para tomar esta decisión se fundamenta en los mitos y bulos que circulan hoy en día en Internet.
Que las redes sociales se han convertido en uno de los principales medios informativos para la población no es algo que nos coja de sorpresa. Tampoco lo es que cada vez menores más jóvenes tengan libre acceso a ellas. Las consecuencias de semejante panorama son inmedibles, más aún si contamos con una educación mediática tan escasa como la que existe en España.
Desde cómo hacer Hip Thrust en el gimnasio hasta cómo cuidar tu salud sexual, las redes ofrecen un contenido tan amplio como usuarios navegan en ellas y esto lleva a que la mayoría del mismo no esté verificado. ¿Qué puede suponer entonces encontrar información errónea sobre el uso determinado de un método anticonceptivo? Muy simple: que se tenga una visión tergiversada del mismo.
Cada vez es más frecuente encontrar contenido que demoniza el uso de las pastillas anticonceptivas, basándose simplemente en que estas pueden ocasionar, y que de hecho ocasionan, en determinadas circunstancias, efectos adversos. No obstante, no debemos incurrir en generalizaciones que llevan a la audiencia a crear un juicio erróneo de la realidad.
Publicación de Instagram de la cuenta @modernadepueblo que generaliza en el uso de la pastilla anticonceptiva.
ECHAMOS LA VISTA ATRÁS
Antes de adentrarnos en el análisis de las casusas que llevan a las mujeres a evitar el uso de este método anticonceptivo, se debe hacer una alabanza al progreso social y en materia de igualdad de género que la aparición de estos medicamentos supuso en los años 60. Fueron los precursores de la llamada “revolución sexual” que comenzaba con la posibilidad que brindaba este nuevo avance a las féminas de poder controlar sus embarazos y con ello disfrutar de las relaciones sexuales sin miedo a estar en cinta tras ellas. Tan solo cinco años después de la introducción en los mercados de Estados Unidos más de 6,5millones de mujeres sacaban partido de su uso.
La píldora fue precursora de la "revolución sexual". Foto: historia destacada de cuenta de IG @modernadepueblo.
RETICENCIA AL USO DE ANTICONCEPTIVOS ORALES
Hoy en día y según los datos publicados por la última encuesta de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), aumenta considerablemente el número de mujeres que adoptan una posición reticente frente al uso de pastillas anticonceptivas pese a los avances que se han hecho en esta materia. En palabras de José Gutiérrez Alés, ginecólogo y presidente del SEC: “Ya no se comercializan aquellos anticonceptivos, que provocaban toda una maraña de síntomas; hemos llevado las pastillas a la mínima dosis indispensable para conseguir el efecto anticonceptivo”. Principalmente, el freno a su consumo se debe a la preocupación de las mujeres por su propia salud (61,5%), estando un 29,1% de estas féminas inquietadas por los riesgos derivados de su uso.
QUÉ NOS LLEVA A ESTE PANORAMA
Que las mujeres de la sociedad española dejen de confiar en un método anticonceptivo tan empleado no es fruto del azar, hay una serie de agravantes o factores que son promotores de este panorama.
1. FEMINISMO
Ciertamente el método anticonceptivo en cuestión solo afecta a una de las dos personas implicadas en llevar a cabo una relación sexual: la mujer. Las redes sociales y el auge por la lucha de los derechos de la mujer, y con ello en pro de la igualdad, han propiciado un debate en cuanto a la injusticia que supone que solo la fémina deba acarrear con las consecuencias y responsabilidades implícitas de estos medicamentos. Por ello, es frecuente encontrar en la red publicaciones denunciando que el uso y la venta de estos anticonceptivos son una simple forma de reproducción del sistema patriarcal. No obstante, hay dos motivos evidentes por los que es la mujer la que toma la comúnmente conocida como “píldora” y no el hombre.
Por un lado, y tal y como expresó Adam Watkins, profesor de biología reproductiva de la Universidad de Nottinghan, mientras que la mujer libera un único óvulo por mes, el hombre produce millones de espermatozoides a diario. Sería por tanto prácticamente imposible anular la fertilidad del varón en su totalidad. Por otro lado, los factores prácticos y económicos son también de vital importancia. Según Watkins, la píldora anticonceptiva ha funcionado tan bien que a las propias farmacéuticas no les interesa crear un nuevo método.
2. EFECTOS ADVERSOS
Resulta prácticamente imposible leer el prospecto de cualquier medicamento y encontrar que no existe ningún efecto adverso relacionado con su ingesta. Es cierto que el largo papel que acompaña las cajas de pastillas anticonceptivas lleva a pensar que su uso es de todo menos “bueno”. No obstante, según Francisco Carmona, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Clínic de Barcelona y catedrático de la Universistat de Barcelona, todos ellos son: “leves y bien tolerables”.
Bulos sobre la pastilla anticonceptiva. Foto: historia destacada de cuenta de IG @modernadepueblo.
3. DESINFORMACIÓN
Lo que está claro es que no se cuenta con la información pertinente, ni para adorar las pastillas anticonceptivas ni para demonizarlas. Uno de los principales problemas que presenta su uso es que las mujeres deciden libremente comenzar el tratamiento sin previamente consultar a un profesional en la materia. Esto puede desembocar en que algunas féminas se mediquen aún estando las pastilla contraindicadas para ellas. En muchos casos, estas contradicciones, que son incluso más importantes que los efectos adversos que provoca este método, y que son generadas debido al desconocimiento e irresponsabilidad social, llevan a que se difunda la idea de la nocividad de las pastillas anticonceptivas. En palabras de Mar Muñoz, jefa de Ginecología y Obstreticia del Hospital Universitario La Paz (Madrid): “Una mujer no debería empezar a tomar una píldora por su cuenta y riesgo, tiene que ser siempre prescrita por un médico, que va a chequear previamente los principales problemas que pueden producirse”.
MITOS
Hay algo que no se puede debatir en cuanto al empleo de este método anticonceptivo y es la efectividad del mismo. Contando con un índice de entre 0,12% y 0,34% de embarazo, es el segundo método anticonceptivo más empleado en España. Lejos de querer fomentar el uso del mismo, sino con intención de generar contenido verificable y veraz, se considera necesario hacer un recorrido por lo mitos y bulos que circulan en internet relacionados con las pastillas anticonceptivas. Cada quien es libre de tomar su propia decisión, pero teniendo en cuenta la delicadeza del asunto, más vale que se cuente con información fidedigna para ello.
Mitos que circulan en internet sobre la pastilla anticonceptiva. Foto: historia destacada de cuenta de IG @modernadepueblo.
1. NO, NO AFECTA A LA FERTILIDAD
“Yo no tomo la píldora porque me gustaría tener hijos en un futuro”. Esta es una de las frases que más se escuchan con respecto a dicho tratamiento. No obstante, no es más que otro de bulo o rumor que circulan sobre el uso de las pastillas anticonceptivas.
Este método no merma de ningún modo la capacidad para quedarse en cita de las mujeres, no como ocurre con el paso del tiempo. En muchas ocasiones se le atribuye al uso de la píldora la menor fertilidad de aquellas féminas que dejan de consumirla. Sin embargo, esta lógica no es más que la del cauce de la vida. Si se toma la pastilla durante seis años las probabilidades de quedar embarazada serán menores pues se tendrán seis años más. En palabras de Francisca Martínez, jefa de la unidad de anticoncepción del área clínica del servicio de medicina de la reproducción en la clínica ginecológica Dexeus Mujer: "Lo que influye en la mayor o menos posibilidad de quedarse embarazada tras su uso es el paso de los años".
Además, con respecto al tiempo que se tarda en recuperar la fertilidad previa al uso de las pastillas anticonceptivas, también se ha generado gran debate. Tan solo se deben esperar dos meses para estar en las mismas condiciones que cuando se decidió empezar con este tratamiento según Carles Catllá, jefe del Servicio de Reproducción del Institut Maqués.
En definitiva, la fertilidad futura no debe ser un obstáculo para aquellas mujeres que consideren el comenzar a utilizar este método. Las opciones de quedarse embarazada una vez se abandone este serán las mismas que las de una mujer que no lo haya empleado.
2.NO, NO ENGORDA
“Yo no quiero tomar la píldora porque me han dicho que me pondré más gorda”. Otro de los mayores temores a los que se enfrentan las mujeres que se plantean empezar con este método es el de experimentar algunos cambios en su físico.
Existe la creencia popular de que al comenzar con el uso de este anticonceptivo se aumenta irremediablemente de peso. No obstante, no existe ninguna evidencia científica que establezca una relación directa entre la ingesta de las pastillas anticonceptivas y el peso corporal. En todo caso, puede que en el proceso de adaptación al medicamento (los tres primeros meses) se de una retención de líquido derivada del cambio hormonal que suponen las pastillas. Sin embargo, esta retención no tendrá nada que ver con la acumulación de grasas y además cesará una vez el cuerpo se habitúe al tratamiento. Hoy en día existe una gran cantidad de tipos de estos medicamentos, habiendo en el mercado algunos con efecto diurético que contribuyen a la expulsión de líquidos. La mayoría de los tratamientos de esta familia que se están comercializando en la actualidad, contienen un gestágeno con efecto antimineralocorticoide que evita la retención de líquidos.
Si el peso es lo que frena a las mujeres a no considerar este método anticonceptivo, queda demostrado que se trata de un bulo o en todo caso de un efecto pasajero.
3.NO, NO LLORAS TODO EL TIEMPO
“Yo no tomo la píldora porque no quiero echarme a llorar sin motivo”. Este es otro de los bulos más extendidos en la sociedad sobre el uso de la píldora. No obstante, una vez más no existe ningún consenso definitivo con respecto a esta cuestión.
Es más, actualmente, las pastillas anticonceptivas se emplean para minimizar los síntomas del síndrome premenstrual que en palabras de Modesto Rey Novoa, presidente de la Sociedad Norte de Contracepción (SEC), se relaciona con los cambios hormonales: "Los cambios hormonales característicos del ciclo sexual femenino provocan, en ocasiones, cambios en el humor, manifestando mayor irritabilidad". Según el experto el medicamento elimina la variabilidad hormonal que se produce durante el ciclo sexual habitual por lo que es frecuente que las mujeres noten una mejoría evidente en los mencionados cambios de humor. No obstante, el proceso de adaptación al tratamiento sigue siendo crucial, pudiendo experimentar entonces algunas irregularidades.
En definitiva, que se llore más o menos no se le puede atribuir únicamente a la ingesta de pastillas anticonceptivas, las hormonas, empleando este método o sin hacerlo, siempre han jugado un papel muy importante en nuestros estados de ánimo.
4. NO, NO TE VAS A MORIR POR UN TROMBO
“Yo no tomo la píldora porque no quiero morir por un coágulo en la sangre”. Aunque es cierto que la ingesta de este medicamento aumenta el riesgo de sufrir una trombosis venenosa, es muy poco probable que esto ocurra según lo recogido por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) sobre la última revisión europea de riesgo de sufrir tromboembolismo venenoso.
La AEMPS recoge que la posibilidad de desarrollar alguno de los mencionados problemas circulatorias es algo mayor en el primer año de ingesta, al igual que en la reanudación de la misma si se ha interrumpido el tratamiento por más de 4 semanas (no existe ningún motivo de seguridad que lo exija). En palabras de Catlá: "El riesgo es mayor, sobre todo si hay antecedentes familiares o genéticos y si tienen alteraciones genéticas. En el resto de la población este puede incrementarse entre un 5 y un 10%".
En definitiva, es crucial que sea el médico especialista el que recomiende a cada mujer el uso de este tipo de métodos anticonceptivos, una decisión tomada a la ligera sobre los mismos puede tener consecuencias desastrosas. No quiero esto decir que la píldora provoque trombos, únicamente que este método anticonceptivo no es apto para todas las mujeres.
5. NO, NO TE VA A GENERAR ACNÉ
“Yo no quiero tomarme la píldora porque no quiero que me salgan granos”. Todo dependerá del tipo AHCS (anticonceptivos hormonales combinados) que se ingieran y por ello es fundamental contar con la opinión de un experto para tomar semejante decisión.
Los AHCS introducen en el cuerpo de la mujer unas hormonas determinadas: los estrógenos y la progesterona. La primera es la causante de los cambios físicos que experimentan las féminas durante la pubertad, aunque en ellos también está involucrada la segunda. Si el anticonceptivo que la mujer ingesta lleva progesterona antiandrogénica (anti hormona masculina) su acné se reducirá, si por el contrario contiene progesterona no antiandrogénica el acné podría aumentar.
En el caso de sufrir un problema de acné es muy recomendable el uso de los AHCS mencionados en primera instancia ya que así las glándulas sebáceas reducirán la cantidad de sebo producido. En palabras de Sara Gómez Armayones, dermatóloga en el Hospital Clinic: "Hay pacientes en los que este problema se soluciona sin recurrir a tratamientos más fuertes, tan solo con AHCs".
En definitiva, los cambios negativos que el uso de pastillas anticonceptivas puede generar en la piel no son efectos adversos implícitos en este tipo de medicamentos, sino el fruto de una mala elección del tipo específico del mismo.
INFORMARSE POR SALUD
Aunque a título personal no se incurra en la creencia de los bulos y los mitos que circulan por internet, es evidente que la existencia de una amenaza informativa impera en nuestra sociedad. Cada vez es más el público vulnerable que se expone a este tipo de contenido erróneo que divaga en internet. Cuando los bulos generados se relacionan con un aspecto tan importante como es la salud, debe sonar la alarma de la comunidad que se encuentra en la obligación moral de actuar. Estos son solo algunos de los mitos que se relacionan con el uso de las pastillas anticonceptivas que son totalmente falsos, pero la cantidad de información similar que existe en la web es espeluznante. Solo hay una manera de desmentir y así crecer como sociedad: informar de una manera veraz.