Esta investigación, llevada a cabo por el Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, podría emplearse en el estudio de migraciones humanas, en el reconocimiento de causas criminales y ascendencia.
Tras lo publicado por la revista Scientific Reports, ha analizado la frecuencia en hombres íberos y franceses de una diferencia genética, que sólo considera el 1% de todo el genoma masculino, no obstante, es la encargada de que los hombres debido a su fisiología sean hombres.
Análisis de una variante del cromosoma Y
Según ha demostrado el director del estudio (Francesc Calafell), el cromosoma Y, responsable de impedir la constitución de los ovarios en el embrión y permitir el crecimiento de los testículos, se transmite exclusivamente de padres a hijos varones.
Los científicos han estudiado la variante R1b-DF27 del cromosoma Y, popular en la comunidad científica por su alta repetición en la Península Ibérica, en el ADN de cerca de 3.000 hombres de la Península Ibérica y Francia.
De este modo, han revelado que esta variante está presente en el 40% de los hombres ibéricos.
Según Calafell “la historia evolutiva de los cromosomas Y parece haber transcurrido con rapidez, con incrementos en la repetición de ciertas variantes a causa de cambios culturales o mejoras tecnológicas”.
Origen en el noroeste de la Península
En referencia a la variante R1b-DF27, los autores afirman que se creó hace entre 4.000 y 5.000 años, y lo más posible es que surgiera en el noroeste de la Península.
Un origen local en Iberia sería la teoría más creíble, ya que este territorio “demuestra altas cotas de heterogeneidad y antigüedad para R1b-DF27”, ha declarado el científico.
Estas indicaciones parecen encajar con el movimiento de Oriente a Occidente que se ocasionó en Iberia durante la Edad de Bronce, cuando los pueblos ibéricos se instalaron en la costa mediterránea y en el interior, debido a que los celtas habitaban en el centro y el oeste de la Península Ibérica.
El indicio de migraciones españolas y portuguesas
El estudio de esta variante puede ayudar a indagar acontecimientos migratorios que impliquen hombres españoles y portugueses; como se ha comprobado en las ciudades latinoamericanas, en las cuales la variante se localiza el 36% en Puerto Rico, el 8% en Perú, el 40% en Colombia y el 10% en México.
Los científicos, además, han señalado que esta variante cromosómica puede tener aplicaciones en la genética forense, debido a que su existencia en una muestra biológica extraída en la escena de un crimen puede ayudar a reconocer el origen cosmográfico de quien la aportó.