La metrología es una ciencia que nació con la finalidad de estudiar la magnitudes para poder asegurar su normalización mediante la trazabilidad. ¿Qué es la trazabilidad? La Organización Internacional para la Estandarización (ISO 9001: 2008) lo define como “la propiedad del resultado de una medida o valor estándar”. Partiendo de esta premisa, corría el año 1875 cuando se fundó la Oficina Internacional de Pesos y Medidas con el objetivo de organizar a nivel mundial las cantidades y medidas oficiales que utilizamos en nuestra vida cotidiana.
La Organización Internacional para la Estandarización definió los elementos de medida que actualmente utilizan todos los países del mundo y que pasó a llamarse Sistema Internacional de Unidades. Este sistema recoge los elementos básicos como el amperio, kelvin, segundo, metro, kilogramo, candela y mol.
Representación física de una unidad de medida
Pero no fue hasta el año 1889 cuando, gracias a la Oficina Internacional de Pesas y Medidas, se introdujo por primera vez el kilogramo como un objeto material el cual se podía tener de referencia ya que estaba presente físicamente. Sin embargo, y por lógica, no se pueden obtener físicamente otras unidades de medida como el segundo o el kelvin.
“Le Grand Kilo”, así es cómo se le llamó a la representación física exacta de 1 kg. Se encuentra en el barrio francés de Sèvres y con el paso del tiempo, a pesar de estar dentro de una urna y evitando todo tipo de contacto físico con la realidad, ha ido variando la masa. Esto significa que ya no se considera 1 kg en su total representación.
Aunque haya sido durante 129 años una referencia en el mundo de la ciencia y la tecnología, por variar su masa durante los últimos años, científicos representantes de varios países se reunieron en Francia el pasado 16 de noviembre para ponerle fin a lo que se consideró una referencia a nivel mundial durante tanto tiempo: El Kilogramo.
José Manuel Bernabé, Director del Centro Español de Metrología, declaró al periódico ABC que: “también se prevé cambiar el segundo. Ahora mismo su patrón son los ciclos de un átomo de cesio. Los relojes ópticos son mucho más precisos, por lo que adoptarlos sería un fallo exponencial para la ciencia”.