1. Las cosas, de una en una
Queremos abarcar y tener bajo control todo, pero muchas veces eso no es posible. Esto nos provoca pensamientos que nos anticipan al futuro y aumentan nuestra ansiedad. Para combatir esta situación lo ideal es realizar una lista en orden de urgencia o prioridad, para así organizarnos y no bloquearnos.
2. Evita la sobrecarga de información
En la sociedad en la que nos encontramos no paramos de recibir información, mucha de ella a través de diferentes redes sociales. Esto puede generarnos un estado de estrés por sobreinformación. Una forma de lidiar con este problema es dándonos un respiro, es decir, dejando de lado las pantallas y realizando actividades que no lleven consigo la tecnología. Como puede ser hacer deporte, escuchar música…
3. Disfrutar de los pequeños placeres
Muchas veces buscamos un momento concreto para disfrutar de la vida, como puede ser, un fin de semana, un evento en concreto… Pero tenemos que ser conscientes que nos podemos cruzar con pequeños momentos para disfrutar y ser feliz en el día a día. Como es ver un atardecer junto alguien que nos importa, recibir un mensaje preocupándose por cómo estamos, un abrazo de un ser querido, comer algo que nos encante, un café o cerveza junto a alguien que queremos, ver a tu abuela reír… En conclusión, tenemos que exprimir y valorar al máximo todos esos pequeños momentos que nos regala la vida.
4. Rodearte de relaciones sanas
Necesitamos relacionarnos con los demás, pero tenemos que buscar que lo que nos rodee nos aporte positivamente. Por lo tanto aquellas relaciones sociales en las que abunde la manipulación, la falta de respecto, el no respetar tus intimidades y decisiones… debemos eliminarlas de nuestra vida. Tenemos que quedarnos con aquellas que sean recíprocas, que respeten tus decisiones, que sepan escucharte, en la que a rebose la empatía… En definitiva, rodéate de personas que te quieran, sobre todo, bien y te lleven, y no mantengas vínculos que te generen inseguridades o sentimientos negativos.
5. Haz que te pasen cosas buenas
La mayoría de las veces es más la actitud con la que afrontamos la vida que lo que verdaderamente ocurre. Por ello, debemos dejar a un lado todos los problemas y pensamientos negativos que tengamos y centrarnos en que aunque hayamos podido tenido un mal día, semana o época, en algún momento debe llegar a su fin, y eso está más en tu mano que en la de nadie. Por lo que, cuanto antes le pongas punto y final a ese mal momento, antes comenzarás a valorar todas las cosas buenas que te suceden.