sábado. 23.11.2024
ELECCIONES EN EE.UU.

Las mujeres son clave en el avance electoral de los demócratas

Los demócratas consiguen la mayoría en el Congreso estadounidense con una gran presencia femenina.

Ayanna Pressley es la primera mujer negra elegida para la Cámara de Representantes en Massachusetts. 

Ilhan Omar en Minnesota y Rashida Tlaib en Michigan son las primeras mujeres musulmanas en el Congreso.

Sharice Davids, que derrocó a su contrincante republicano en Kansas, es la primera mujer indígena en el Congreso junto con Deb Haaland candidata en Nuevo México.

Alexandria Ocasio Cortez la congresista más joven vencedora en el distrito 14 de Nueva York.

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Ayanna Pressley, primera mujer negra en el Congreso.

Las mujeres, tanto las que están en el Congreso como las que se han quedado en el camino, han roto reglas y moldes que prevén cambios en el futuro político de los Estados Unidos de América. Pero, ¿a qué se debe este cambio? Nunca antes había sucedido algo así: estas elecciones, que han arrebatado la mayoría en el Congreso a los republicanos, han marcado historia.

Mientras Donald Trump gobernaba y labraba su futuro y el de los republicanos, la atención de los ciudadanos estadounidenses, especialmente la de los jóvenes, se posó en el género y en la política. Con medidas como retirar la reforma sanitaria o salir del Tratado de París y los constantes comentarios machistas y xenófobos, Trump generó entre algunos de sus ciudadanos una indignación que no ha dejado indiferente a nadie y ha impulsado el activismo, entre ellos el activismo femenino. Así, según los datos del Center for American Women and Politics de Rutgers, 428 mujeres optaron al congreso por el partido Demócrata, mientras que en el Partido Republicano fueron 162. El propio centro afirma que "esto no hubiera pasado sin Trump en la presidencia”.

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Parece que estas mujeres han sabido ver los huecos y las necesidades que el presidente de los Estados Unidos ha pasado por alto. Entre sus propuestas se encuentran las medidas medioambientales, la atención médica, la educación para todos, la inmigración, la violencia y las armas de fuego y la resolución de problemas que las mujeres afrontan más allá de los derechos reproductivos. En 2016 el actual presidente fue elegido y muchas ciudadanas salieron a las calles y comenzaron las marchas de mujeres que impulsaron el despertar político y el posicionamiento de ellas hacia la izquierda. 

Más mujeres, más minorías, más religiones

Estas mujeres han entendido el género y la raza como un activo que aportan a la candidatura, no como un obstáculo a superar para tener éxito, como hasta ahora ha sucedido. Ellas han desafiado el sistema heteropatriarcal estadounidense, ganando en estas últimas elecciones a hombres blancos. Por ello estas elecciones son dignas de recordar como aquellas en las que por primera vez en la historia de los Estado Unidos de América ha sucedido algo que tiene que ver con el feminismo, el activismo y la justicia social. En estas elecciones, los ciudadanos han hablado.