jueves. 21.11.2024

La pueril vida de un recién nacido en un mundo donde la contaminación y el calentamiento global están a la orden del día. Esta ha sido la herramienta de la que se han servido 120 expertos pertenecientes a 35 instituciones de todo el mundo para elaborar un exhaustivo estudio acerca de los efectos nocivos del cambio climático. Así, nos muestran la contraposición que tendría lugar entre la vida de un niño que naciese en una sociedad donde el Acuerdo de París se cumple y la de uno en la que no, y la disparidad es escalofriante: ciudades que quedan sumergidas bajo el nivel del mar, temperaturas que no paran de subir e incluso una forzosa reducción de la tasa de natalidad serían algunas de las principales consecuencias del rechazo del pacto. 

Dos marcos 

Para recrear ambos escenarios, el informe analiza 41 indicadores, divididos en cinco áreas, en ambas casuísticas. En la primera – la más esperanzadora – el mundo se calentaría, pero la subida se limitaría a menos de 1,5ºC, cumpliendo además con los objetivos del Acuerdo de París. Así, en menos de 31 años desde la actualidad la calidad del aire mejoraría hasta el punto de reducirse las emisiones de CO2 a nivel cero, posibilitándose así también el acceso a agua potable segura y alimentos nutritivos a toda la población. Además, el uso del carbón como carburante desaparecería, siendo suplantado por energías renovables que favorecerían a mejorar la calidad del aire. Asimismo, el gasto público empleado en paliar enfermedades de origen contaminante se vería disminuido.  

En cambio, la escena opuesta es infinitamente más fatídica pero muy probable, ya que al menos durante la presidencia de Donald Trump, EEUU no cumplirá el Acuerdo de París. La población afrontaría un mayor número de enfermedades, como peores casos de asma, infartos de miocardio, derrames cerebrales o incluso una reducción de la función pulmonar, todo ello provocado por los combustibles fósiles y el aumento de las temperaturas. Del mismo modo, los ciudadanos se verán amenazados por un gran número de catástrofes climáticas, tales como olas de calor, tsunamis, huracanes o incendios. Por otra parte, las consecuencias también serían indirectas, como la malnutrición que azotaría a la población debido a que las cosechas se reducirían debido a las altas temperaturas. Todo esto vendría provocado por un aumento de entre 4 y 7 grados de la temperatura media de La Tierra en menos de 100 años. Lo más llamativo es que estas consecuencias ya han comenzado a estar latentes en la actualidad. Por ejemplo, desde el año 2000 el número de personas de la tercera edad expuestas a olas de calor ha aumentado hasta 220 millones o la asociación de alrededor de siete millones de muertes al año por polución. 

 

Posibles soluciones 

Los expertos señalan que la única salida para conseguir paliar la situación existente es una solución radical y consistente. Solicitan cambiar energías como el carbón, cuyo uso está siendo abusivo, lo que permitiría mejorar la situación en cuatro áreas clave, entre las que se encuentra la sanitaria, una de las más importantes. Asimismo, piden que los países cuya situación económica es mejor, garanticen su implicación en la lucha contra el cambio climático, cumpliendo con los compromisos de financiación internacional. Por otro lado, recomiendan ampliar y mejorar los sistemas de transporte público, además de fomentar su uso entre los ciudadanos. Finalmente, instan a que los países realicen inversiones en sus sistemas sanitarios, para así poder mitigar los efectos nocivos del cambio climático para la salud de la población.