Tras el hecho histórico que supuso el 1-O, el 2 de octubre todos los medios de comunicación anunciaron una huelga general convocada en Cataluña el 3 de octubre, (no apoyada por los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT) para la cual el Govern aseguraba los servicios mínimos en todos los ámbitos. Estos servicios se establecieron con la previsión de que la huelga durase hasta el 13 de octubre.
Muchos padres recibieron con sorpresa una circular de las escuelas de sus hijos recomendándoles “no traer a sus hijos a la escuela porque no se podrá garantizar el servicio educativo ya que está previsto un gran seguimiento por parte del personal de la escuela”.
Los servicios mínimos, fijados para garantizar a los catalanes la libertad de acudir a la huelga general no han sido respetados en todas las comarcas de Cataluña, llegándose incluso a cerrar colegios, como en la localidad de Reus, donde fue la misma Junta la que informó a las casas que se cerrarían todos los colegios, sin oferta de servicios mínimos.
Otros sucesos acontecidos en este 3 de octubre en Cataluña referidos a la huelga general son los de dos conductores de camión, trabajadores de distintas empresas y circulando por distintas carreteras, cuyo paso fue cortado en medio de una jornada laboral en plena carretera.
Uno de ellos, tras la negativa de los Mossos d´Esquadra a retirar a los huelguistas de la carretera “porque tienen sus derechos”, siguió su camino evitando a los piquetes que pedían “libertad”, a los que les respondió: “¡Libertad, es lo que yo quiero, poder trabajar!”.
El otro conductor de camión, de nacionalidad rusa, indignado tras cortarle el paso una barricada de neumáticos ardiendo, se enfrentó a los huelguistas, reprochándoles que no sabían el daño que estaban haciéndole al país, comparando la situación con la sucedida en su país: “ya pronto tendréis aquí armas, ya pronto, ya lo veréis!”. Y tras retirar la barricada para poder seguir su camino al trabajo, deseó que “jamás” tuviesen “que coger armas”.