A través de estos tres capítulos, introducidos por Antonio Salomón, oficial de Magallanes, nos acercaremos a la realidad a la que se enfrentaban parte de la comunidad LGTB en el siglo XVI.
Capítulo 1: Sodomía
El siglo XVI fue una época en la que la sodomía, entendida como el encuentro sexual entre dos hombres, era considerada motivo de hambrunas, epidemias y otras desgracias. Además, la Iglesia perseguía esta práctica ya que consideraba que las relaciones sexuales tenían que darse en matrimonios heterosexuales y nunca en otros tipos de matrimonio ni fuera de el matrimonio en sí, por eso la sodomía era para ellos algo que combatir con severidad y dureza.
Durante esta etapa de la historia, no se contemplaba la homosexualidad como identidad, sino que se reducía exclusivamente al acto sexual entre dos hombres y, en menor medida y de manera casi invisible, entre dos mujeres, que en esta época eran consideradas inferiores.
En lo referente a los galeones, cabe destacar el caso de Antonio Salomón, un compañero de viaje de Magallanes que fue estrangulado por practicar sodomía con Antonio Ginovés, un joven marinero que acabó suicidándose por la presión social que sufrió por mantener dichas relaciones sexuales. Este caso pone en relieve la situación a la que se veían sometidos todos aquellos que tenían sexo con hombres.
Capítulo 2: Transexualidad
En esta época, el término transexualidad no se conocía todavía, solo se hablaba de seres hermafroditas; a veces eran erróneamente etiquetados. Actualizando el término a nuestra época y hablando de transexuales con toda la seguridad podemos destacar sobre todo a Eleno de Céspedes, un transexual español del siglo XVI que llegó a casarse con una mujer y ser cirujano pero que finalmente fue castigado y recluido en un hospital por ir contra natura.
Como dato curioso cabe decir que muchas veces la transexualidad, como recogen textos de la época, era algo que se producía de manera mágica e inesperada. Se hablaba de mujeres que un día se levantaban y veían como les había “brotado” un pene de la nada. Por este motivo, la transexualidad era vista como algo mandado por el demonio que había que castigar sin piedad.
Capítulo 3: Machismo
El siglo XVI fue un claro ejemplo de machismo porque se consideraba que el género masculino era el único que tenía validez y el femenino era su derivado defectuoso. El hombre era la perfección. Tal es así, que hasta el siglo XVIII no se empieza hablar de género binario, es decir, de la existencia de género masculino y femenino.
Esta situación también se daba en los casos de sodomía, porque, por ejemplo, se ignoraban las relaciones sexuales entre mujeres, y en los de transexualidad, ya que sobre la que más datos se tiene es aquella en la que una mujer empezaba a vivir como un hombre y no al revés porque rompería el orden del cosmos estipulado por Dios, tal y como diría Aristóteles.