Desde el 10 de agosto hasta el 20 de septiembre de 1519 salieron de Sevilla cinco barcos llamados Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago, se reunieron en Sanlúcar de Barrameda, de donde partieron el 20 de septiembre. Desde allí van a Tenerife, donde se terminan de embarcar algunos tripulantes más, en total, 247 hombres darán la vuelta al mundo. De las cinco naves, sólo llegará de vuelta a Sevilla la nao Victoria, de los casi doscientos cincuenta hombres, sólo sobrevivirán 18.[1]
Por suerte para la historia, uno de los supervivientes es Antonio Pigafetta, navegante de Rodas, que decidió inmortalizarse e inmortalizar la tan arriesgada aventura. Cuando la nao Victoria llega a Sevilla, Pigafetta va a Valladolid para ofrecerle al emperador su libro.
Figura 1 Mapa interactivo en Google Maps de la expedición: https://www.google.com/maps/d/viewer?mid=1q6ByHRBQSrJ0H8VKwSahFVDEOMA&ll=9.919010623144526%2C11.239016671874992&z=2
CRONISTA Y PROPAGANDISTA
Isabel de Riquer, profesora de la Universidad de Barcelona, cuenta en su prólogo en la edición de Alianza editorial de la obra de Pigafetta que este navegante o mercader (EL PAÍS, 10/08/2019) se alistó ‘’por enchufe’’, gracias a su amistad con el Papa Clemente VII y atraído por el propósito de Magallanes de encontrar nuevas rutas comerciales con Sudamérica, que era en realidad el propósito que le había encargado Carlos V. En su propio prólogo del libro, Pigafetta explica que su curiosidad se debe a un deseo de aventura y también de comprobar si era verdad todas las cosas que se contaban sobre el nuevo mundo:
"Determiné de cerciorarme por mis propios ojos de la verdad de todo lo que se contaba, a fin de poder hacer a los demás la relación de mi viaje, tanto para entretenerlos como para serles útil y crearme, a la vez, un nombre que llegase a la posteridad"
Sin embargo, su libro fue muy útil para el propósito de Magallanes, que no obedeció exactamente las órdenes de Carlos V y no sólo se dedicó a establecer una nueva ruta de especias por Sudamérica, sino que continuó hasta el estrecho que tomaría su nombre al final del continente americano y dio así la vuelta al mundo. El libro de Pigafetta sirvió para justificar esa aventura, porque da a entender que los muchos descubrimientos que se hicieron, a pesar de la desobediencia y la duración del viaje, servirían para el triunfo del Imperio español.
Figura 2 ''Nao Victoria cruzando el Estrecho de Magallanes, obra de Guillermo Muñoz Vera: https://www.rutaelcano.com/la-primera-vuelta-al-mundo?lightbox=dataItem-j4lmf9wm
CIENTÍFICO E IMAGINATIVO: ¿EL PRIMER NOVELISTA?
Gabriel García Márquez dijo, en su discurso del Nobel de Literatura, que Pigafetta, "escribió una crónica rigurosa que, sin embargo, parece una aventura de la imaginación". García Márquez insistió en que en el libro de Pigafetta "se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy" (EL PAÍS, 10/08/2019).
García Márquez, alabó a Pigafetta en su discurso de recepción del Nobel:
"Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen" (VÍDEO COMPLETO DEL DISCURSO)
La obra de Pigafetta sirvió a futuros escritores que también contaron el viaje y también a artistas que se inspiraron en su crónica para hacer sus obras. Pigafetta inventó palabras extrañas basadas en el vocabulario indígena e hizo mapas con rótulos extraños sobre la vuelta al mundo, como demuestra el fragmento de un mapa de Filipinas publicado en eldiario.es:
Figura 3:Fragmento de un mapa de Filipinas dibujado por Pigafetta: https://www.eldiario.es/cultura/increible-historia-Pigafetta-cronista-primera_0_935456606.html
Pigafetta cuenta lo que ve, intentando explicar a los europeos lo mejor posible todas aquellas maravillas que no sabe cómo explicar. Además, incluye muchas palabras recogidas en su viaje, algunas de ellas tan populares y normales para nosotros hoy como “maíz”. Tampoco olvida las aventuras, como aquella en la que es herido en una batalla contra los indígenas de la isla de Mactán con una flecha envenenada. Su libro es una crónica divertida que constituye un documento de mucho valor para entender cómo vieron el mundo los hombres que lo recorrieron por primera vez en la historia, y conviene recordarlo en las celebraciones del V Centenario de la Vuelta al mundo de Magallanes y Juan Sebastián Elcano.
Más información sobre el V Centenario y todas las actividades implicadas: http://vcentenario.es/la-historia/
[1] Todos los datos históricos están sacados de la página web oficial de la ‘’Ruta Elcano’’ (https://www.rutaelcano.com/la-primera-vuelta-al-mundo), complementados con la reedición del libro de Antonio Pigafetta, La primera vuelta al mundo (Alianza Editorial, 2019).