La evolución de Corea del Sur se ha visto reflejada no solo en aquellos ámbitos relacionados con la política o la economía, también en otras esferas como la música y el espectáculo. El K-Pop ha trascendido la idea de género musical para crear una cultura, la cultura del K-Pop, conocida ahora en casi todo el mundo.
Los expertos defienden que la región surcoreana además ha sabido aprovechar este crecimiento y esta expansión influyendo en todas aquellas sociedades que conforman el culto a esta forma de hacer música. El K-Pop se ha convertido en un método de soft power para Corea del Sur y en una puerta que facilita su expansión y reconocimiento más allá de las fronteras asiáticas.
¿De dónde ha bebido el K-Pop?
Los años siguientes a la Guerra de Corea, de 1950 a 1953, conformaron un momento de desarrollo para el país. La última parte del siglo XX se caracterizó por una época de liberación política gracias a la cual las ideas también comenzaron a desarrollarse de una forma mucho más libre. La autocracia se desvanecía y con ella la censura artística. Es así como en 1992 surge el movimiento K-Pop, teniendo como debutantes al grupo musical masculino Seo Taiji & Boys.
Seo Taiji & Boys se mantuvieron como grupo activo desde 1992 a 1996. El grupo experimentó con diferentes géneros musicales occidentales, adoptó el inglés en su música e hibridó las influencias exteriores con la balada coreana.
Debutaron en el programa de talentos MBC con la canción “I know” y consiguieron la peor calificación entre el jurado. Sin embargo, fuera de ese contexto, “I know” se convirtió en uno de los hits más exitosos consiguiendo mantenerse en el puesto número uno en las listas musicales del país durante casi 17 semanas.
Hoy día, en los grupos actuales, se reconocen diversos estilos que han influido en el desarrollo del género musical. Dance-electrónica, Hip-hop, Rap, Rock o R&B son los ritmos y estilos que más imperan en el K-Pop de los últimos años.
El K-Pop, más allá de un género musical
Aunque muchos entienden el fenómeno K-Pop como una forma de hacer música, este es mucho más que eso. El K-Pop no es solamente una forma de hacer música, también se ha hecho hueco en el mundo de la moda y la cosmética y en el género audiovisual y fotográfico. El baile también conforma un elemento base en el género, y es que cada canción está acompañada de una coreografía en la que se realizan movimientos claves (“punto” del baile”) que coinciden con la letra y el estilo al que hace referencia la canción.
Muchos artistas del género se han convertido en la imagen de diferentes marcas cosméticas o marcas de ropa. Por ejemplo, CL se ha convertido en un icono de moda tras su trabajo junto al estilista Jeremy Scott.
CL and Jeremy Scott become royalty in "Moschino" for "Paper" magazine -- http://t.co/pBRcTeQVkZ pic.twitter.com/lDQbk2kv3B
— Koreaboo (@Koreaboo) August 25, 2015
Una única canción debe tener en cuenta además de la música y los ritmos, la letra que se va a utilizar, conexión con los bailes, la escenografía, los colores, la ropa e incluso el maquillaje y el peinado de los artistas.
Todo esto ha provocado que el K-Pop se haya convertido en un símbolo de identidad entre los jóvenes surcoreanos, una comunidad en la que encontrar reconocimiento y con la que compartir no solo el gusto por un tipo de música sino un estilo de vida.
El K-Pop en el panorama Internacional
El gobierno de Corea del Sur invierte desde 1997 en música y series de televisión. Durante ese periodo la crisis financiera asiática amenazaba al país, de manera que la sede del Ejecutivo surcoreano decidió llevar a cabo medidas de exportación que supusieron una mejora positiva en la economía del gigante asiático.
A nivel internacional estas inversiones y exportaciones también han tenido una repercusión relevante, y es que la industria del K-Pop se preocupa por que sus artistas se conviertan en objetos adictivos para el consumidor. El fenómeno ha traspasado las fronteras de su propio país y ahora también conforma un movimiento identitario en el resto de los países occidentales.
Fernando Delage Profesor de la Universidad Loyola Andalucía.