Incluso antes del inicio del 2020, desde el septiembre pasado, con el comienzo de la temporada anual de incendios, la policía australiana ya acumulaba un número considerable de detenidos, con motivo de ocasionar incendios en diferentes zonas de Australia. La mayoría de estos fuegos ocasionados se debían al hecho de que las personas acusadas no cumplieron con las directrices expuestas en la legislación relativa a incendios forestales.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, declaraba hace unos días, durante una rueda de prensa, que la prioridad acerca de la crisis de los incendios, debe centrarse en mantener el foco de importancia en tareas como sofocar los devastadores fuegos que se están provocando en los distintos estados australianos y salvaguardar la protección y seguridad de los habitantes de esas zonas.
No obstante, no se puede obviar que a día de hoy son 24 las personas que han sido imputadas por actuar de manera ilícita originando esta situación, y que más de un centenar son las que han incumplido la legislación mencionada anteriormente, realizando fogatas ilegales e incluso arrojando cigarrillos y otros objetos inflamables en las distintas áreas afectadas por los incendios actualmente. Como añadido, las fuerzas del orden público comunicaban a los medios de comunicación que la mayoría de estos infractores son jóvenes que no tienen respeto alguno por la naturaleza.
Las penas que a día de hoy se contemplan en la legislación de Australia como represalias al daño infligido, tanto por parte de los delitos intencionados como por los accidentales, se estiman entre los 20 y 25 años de cárcel, dependiendo de si ha habido o no homicidio a causa de las llamas.
En la actualidad, la situación de Australia es crítica. La realidad es que debido a los fuertes vientos que se llegan a alcanzar y a las altas temperaturas que se están dando en las zonas afectadas por los potente incendios, el numero de fallecidos, ya sea tanto por la parte animal como por la humana, no hace más que ascender, al igual que la amplia quema de tierras, que ronda ya aproximadamente las 5 millones de hectáreas arrasadas.
Finalmente, recalcamos que aunque esta crisis ha afectado a todos los estados australianos, Nueva Gales del Sur y Victoria han sido dos de los lugares que más han sufrido estos deplorables hechos. Como solución, el primer ministro ha dispuesto la creación de una agencia nacional que se encargue tanto de la reforestación de la naturaleza como de ayudar a las familias, empresas u otros entes de la sociedad perjudicadas por esta situación.