Angela Merkel, presidenta de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania durante 18 años, no se presentará a las reelecciones como consecuencia de los malos resultados electorales de su partido en Hesse y Baviera.
El lunes 29 de noviembre comparecía en la sede de su partido para confirmar que no optará en diciembre a su reelección como líder de la CDU, que preside desde 2010, y tampoco será candidata a canciller al final de la presente legislatura en 2021. “Es mi última legislatura como canciller”, ha comunicado a los presentes en la rueda de prensa que ha celebrado en Alemania.
Son muchas las pregunta que surgen tras esta noticia: ¿volverá la CDU a la derecha tradicional de la que se desvió en la era Merkel?, ¿dejará de ser Alemania la potencia hegemónica que está frenando el creciente populismo y nacionalismo?. Todo depende de quien vaya a ser el sucesor.
El problema actual que reside en la sociedad política alemana es, entre otros, la confusión que existe entre la derecha y la izquierda debido a la última coalición entre ambos grupos políticos. Una canciller conservadora, con un tinte socialdemócrata, ha conseguido unir tanto a la CDU con la SPD que apenas se pueden distinguir.
Por eso, “si el partido gira a la derecha, puede ser una oportunidad para el sistema político. Es bueno que se ofrezca a los votantes alternativas reales y distinguibles entre sí. No sabemos si una derechización de la CDU hará que los votantes que emigraron a AfD vuelvan, pero ayudará a que el SPD perfile también su nueva identidad de izquierdas”, cree Hans Kundnani, politólogo e investigador de la Chatham House.
Se abren varias vías que pueden dictar el futuro del país germánico, en especial la nueva identidad que pueda tomar la derecha: si la CDU recupera la confianza del voto conservador puede debilitar a la derecha radical representada por AfD, la cual obtuvo un 12,8% de votos en las últimas elecciones y está en auge entre las nuevas generaciones que no comparten las medidas migratorias del actual gobierno.
Entre el auge nacionalista, la crisis migratoria y el cambio de líder que vivirá la CDU, se abre un nuevo y difuso horizonte para Alemania.