Introducción
Este pasado 2019 se conmemoró el V Centenario de la salida de cinco barcos desde Sanlúcar de Barrameda en dirección a las islas de las especias el propósito de abrir una ruta comercial con ellas.
La tripulación estaba formada por aproximadamente 250 hombres de al menos 9 nacionalidades que, sin saberlo, iniciaron una globalización por casualidad. Esta fue una de las consecuencias más inmediatas de la primera vuelta al mundo.
A lo largo de la expedición y tras explorar durante meses el litoral americano al sur de Brasil, el conjunto de barcos consiguió cruzar el estrecho de Magallanes en 1520. Durante su travesía por el océano Pacífico, más tarde llamado "lago español", llegaron a las islas Filipinas, donde muere Fernando de Magallanes el 27 de abril de 1521 en la batalla de Mactán contra unos 1500 guerreros de la isla al mando de Lapu-Lapu, caudillo musulmán de esta isla.
Acto seguido, continuaron la con la navegación hasta las islas Molucas, que eran el verdadero objetivo final del viaje. Una vez allí, eligieron a Juan Sebastián Elcano para capitanear el viaje de regreso.
Navegando por el Índico hacia el oeste y dando la vuelta a África, el 6 de septiembre de 1522 la Nao Victoria, que era la única nave que quedaba sana y salva de las cinco que partieron, regresó a Sanlúcar de Barrameda cargada de especias y convirtiéndose en la primera embarcación de la historia en dar la vuelta al mundo. Así, el viaje finalizó tres años después, con 18 hombres y una nao.
Contexto histórico
Nos encontramos en una Edad Media en la que las invasiones de los pueblos germánicos iniciadas en el siglo V trajeron consigo la fragmentación y caída del Imperio Romano. Posteriormente, en el siglo VII, los ejércitos árabes invadieron una gran extensión de territorio comprendido desde Hispania hasta Asia Central. En el siglo XI, los reinos de Europa se disponen a recuperar esos territorios en las llamadas "cruzadas".
Cruzadas en Constantinopla. Fuente: Wikimedia
En el siglo XIII, con la decadencia de las cruzadas, cobran mucha más importancia las ciudades y, con ellas, el comercio experimenta una gran evolución. En lo que a este ámbito se refiere, Europa se había quedado obsoleta frente a las sociedades más avanzadas del Medio y Lejano Oriente, que dominaban el comercio internacional. Entre las mercancías más preciadas se encontraban los tejidos, las joyas y, sobre todo, las especias que se encontraban en los mercados asiáticos.
Especias. Fuente: Pixabay
Estos mercados no eran accesibles para los comerciantes occidentales, sobre todo desde la conquista de Constantinopla en 1953 por los turcos, que bloquearon el paso e impusieron elevadas tasas. Como consecuencia, los navegantes europeos se dispusieron a investigar nuevas rutas hacia Asia, haciendo uso de las cartas portulanas y de los nuevos instrumentos, como fueron la brújula y el astrolabio.
Brújula. Fuente: Pixabay
Desde mediados del siglo XV, Europa se encontraba deseosa de la búsqueda de nuevos mundos, nuevos puertos y nuevas rutas comerciales. Como hemos visto, la toma de Constantinopla por parte de Mehmed I había supuesto el inicio de una nueva era. Esto no fue únicamente para el Imperio Otomano, sino que sirvió para la expansión del continente europeo cuyos mercaderes no tuvieron más opción que salir a navegar y enfrentarse a los monstruos que habitaban en los mares.
Kraken. Fuente: Wikimedia
A finales de este siglo, con el descubrimiento de América en 1492 por parte de Cristobal Colón, se demostró que aún quedaban tierras por explorar. La carta de Juan de la Cosa enseñó ya hacia el año 1500 la imagen de un nuevo mundo, por lo que cuando en 1519 partió la expedición de Magallanes, los límites estaban ya marcados: en Oriente, las referencias de viajeros y mercaderes que hacían alusión a tierras ricas y fértiles; en el Sur, las expediciones de los portugueses habían proporcionado más información acerca de la costa africana; y, en Poniente, los relatos de los conquistadores españoles hablaban de la recién descubierta América como un nuevo mundo repleto de grandes riquezas naturales.
Carta de Juan de la Cosa (1500). Fuente: Wikimedia
En esta época, las personalidades más ilustradas ya intuían que la esfericidad de la Tierra era más que una hipótesis y, por tanto, que el mundo no acababa en el vacío. La primera vuelta al mundo estaba a punto de confirmar esto.
Antonio Pigafetta
Francisco Antonio Pigafetta fue un célebre viajero italiano que nació y murió en Vicenza (1490-1534). Inicialmente era caballero de la Orden de Rodas aunque pasó a España en 1519 y se puso a disposición de Carlos V para impulsar las expediciones iniciadas por los Reyes Católicos en el Atlántico. Pronto hizo una gran amistad con Magallanes, a quien acompañó junto Elcano en la primera vuelta al mundo.
Antonio Pigafetta. Fuente: Wikimedia
Es necesario mencionar a Pigafetta cuando hablamos de descubrimientos en la primera vuelta al mundo, ya que su relato es la fuente individual con más importancia sobre la primera vuelta al mundo, a pesar de que tendía a exagerar o dar detalles fabulosos. Pigafetta hace descripciones de diversos como por ejemplo tiburones, el paíño europeo (Hydrobates pelagicus), la espátula rosada (Ajaja ajaja) y el Phyllium orthoptera, un insecto semejante a una hoja. Sus escritos también incluyen detalles con respecto a la etnografía. Además, practicó como intérprete y consiguió desenvolverse en aproximadamente dos dialectos indonesios.
Mapa de la Isla de Borneo (Indonesia) por Antonio Pigafetta. Fuente: Wikimedia
Consecuencias geográficas
La primera vuelta al mundo tuvo un gran impacto en lo que a geografía se refiere. Por un lado, se confirmó la teoría de Aristóteles: la Tierra era redonda. Se comprobó que la dimensión de la Tierra era mucho mayor de lo que anteriormente pensaban: 60.440 km. Por otro lado, se demostró que América era un nuevo continente separado de Asia por un inmenso océano, el océano Pacífico.
Globo terráqueo. Fuente: Pxfuel
Además, se consiguió atravesar el paso al sur que unía Occidente con Oriente: el Estrecho de Magallanes.
Carta reducida del estrecho de Magallanes. Fuente: Picryl
Por último, se le puso nombre a muchos territorios y mares recién descubiertos: Montevideo, Bahía de San Julián, Cabo de las Once mil Vírgenes, Cabo Deseado, Estrecho de Todos los Santos, Mar Pacífico, Tierra del Fuego, Filipinas, Patagonia, etc.
Consecuencias antropológicas
Podemos decir que una de las consecuencias más importantes fue el inicio de lo que hoy conocemos como globalización. Tras esta expedición se creó una red de intercambios intercontinental que hizo que el comercio evolucionara y, así, se propició la integración de los diferentes continentes en un mismo sistema económico.
En el siguiente vídeo podemos ver a Pablo Emilio Pérez-Mallaína, catedrático de Historia de América de la Universidad de Sevilla, hablar sobre estos primeros inicios de la globalización con el viaje de Magallanes y Elcano.
Otra consecuencia muy importante de este viaje, fue el descubrimiento de nuevas etnias, que empleaban lenguas totalmente desconocidas, tenían costumbres muy diferentes y que veneraban a otros dioses. Por ejemplo, cuando los exploradores llegaron en mayo de 1520 a la Bahía de San Julián en Argentina, se encontraron con los tehuelches, también llamados patagones. Algo que impactó a los exploradores españoles fue el tamaño de las extremidades de este pueblo indígena, en concreto los pies.
"Un día en que menos lo esperábamos se nos presentó un hombre de estatura gigantesca. Estaba en la playa casi desnudo, cantando y danzando al mismo tiempo y echándose arena sobre la cabeza. El comandante envió a tierra a uno de los marineros con orden de que hiciese las mismas demostraciones en señal de amistad y de paz: lo que fue tan bien comprendido que el gigante se dejó tranquilamente conducir a una pequeña isla a que había abordado el comandante. Yo también con varios otros me hallaba allí. Al vernos, manifestó mucha admiración, y levantando un dedo hacia lo alto, quería sin duda significarnos que pensaba que habíamos descendido del cielo. Este hombre era tan alto que con la cabeza apenas le llegábamos a la cintura. Era bien formado, con el rostro ancho y teñido de rojo, con los ojos circulados de amarillo, y con dos manchas en forma de corazón en las mejillas. Sus cabellos, que eran escasos, parecían blanqueados con algún polvo. Su vestido, o mejor, su capa, era de pieles cosidas entre sí, de un animal que abunda en el país, según tuvimos ocasión de verlo después. Este animal tiene la cabeza y las orejas de mula, el cuerpo de camello, las piernas de ciervo y la cola de caballo, cuyo relincho imita. Este hombre tenía también una especie de calzado hecho de la misma piel. Llevaba en la mano izquierda un arco corto y macizo, cuya cuerda, un poco más gruesa que la de un laúd, había sido fabricada de una tripa del mismo animal; y en la otra mano, flechas de caña, cortas, en uno de cuyos extremos tenían plumas, como las que nosotros usamos, y en el otro, en lugar de hierro, la punta de una piedra de chispa, matizada de blanco y negro. De la misma especie de pedernal fabrican utensilios cortantes para trabajar la madera."
Antonio Pigafetta en VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO. Libro I.
Descubrimientos de fauna y flora
En el siguiente mapa, podemos encontrar las distintas especies que fueron encontrando los exploradores de la primera vuelta al mundo durante su travesía. Cada punto se refiere a una especie localizada aproximadamente en ese lugar.