Cuando se habla de sueños, te enfrentas a un sinfín de teorías que intentan dar algunos porqués desde muy diversos puntos de vista. Algunos investigadores argumentan que los sueños extraños se deben al caos emocional que estamos experimentando; otros van más allá y creen que los sueños tienen un propósito funcional y que nos preparan para afrontar situaciones difíciles cuando estamos despiertos. Hay quienes piensan que en los sueños podemos extraer brillantes conclusiones sin que nos limite la lógica o incluso podemos predecir nuestro estado mental futuro.
Lo que sí sabemos con certeza es que los sueños están siendo los auténticos protagonistas del confinamiento y que nuestra imaginación nos ha llevado desde las situaciones más cotidianas hasta las más remotas en un abrir y cerrar de ojos. Entrevistamos a dos expertas de perfiles muy diferentes, preguntamos a la sociedad española y nos empapamos de algunos proyectos dedicados al estudio de los sueños para acercarnos a la respuesta de alguna de nuestras incógnitas.
¿Qué es lo que nos preocupa y hasta qué punto esta situación está afectando a nuestro reloj biológico?
Hemos realizado un cuestionario a 190 españoles para estudiar de qué manera está afectando la COVID-19 a su sueño y qué situaciones les agobian más. Nuestro análisis se ha centrado en los estudiantes y en la gente joven, pues ellos también se han visto con planes desplazados o cancelados y envueltos en situaciones de gran estrés.
En los resultados del Gráfico 1 vemos que la situación de confinamiento no pasa inadvertida ante nuestro subconsciente: casi un 84% de los encuestados asegura que les cuesta más coger el sueño con respecto a antes de la cuarentena. Además, un 65% confiesa que se despierta por la noche, de los cuales un 13,4% lo hace más de dos veces durante la noche. Destacan más los sueños (45%) que las pesadillas (15,5%) y un 27,7% declara que ambos por igual. Aseguran que esos sueños son “muy raros” en comparación a antes de la pandemia. En esos sueños se repiten temas como la familia y los amigos, parejas y exparejas.
Gráfico 1. Sueños y pesadillas durante la cuarentena
Existe un vínculo entre nuestros últimos pensamientos o lo último que consumimos antes de dormir y la calidad del sueño y su contenido
Entrevistamos a Bea Salgado, terapeuta y facilitadora especialista en sueños. Además de ser miembro de la Asociación Internacional para el Estudio de los Sueños y coordinadora de la Robert Moss School of Active Dreaming en Barcelona, es co-creadora de La Oniroteca, un proyecto que se define como "un espacio para integrar la magia del mundo onírico en la vida cotidiana y tomar conciencia de nuestra relación con la Tierra". La Oniroteca es, además, un lugar que acoge los proyectos individuales de cada persona en el acompañamiento terapéutico y espiritual para la exploración de los sueños.
“El hecho de que hayamos cambiado nuestros patrones de vigilia lleva a que pueda darse un cambio también en nuestros patrones de sueño”, afirma la experta. El estar expuesto a una “sobredimensión de información” puede provocar “que nuestros cerebros estén sobre estimulados y que nos cueste conciliar el sueño”.
Beatriz Salgado_terapeuta y especialista en sueños
Bea Salgado advierte de que si estamos en contacto con información sobre la pandemia justo antes de ir a dormir “será más probable que tengamos sueños relacionados con las emociones que nos despiertan esas noticias” y, a su vez, nos puede causar insomnio porque “nuestro sistema está más alerta”. La especialista en sueños resalta que existe un vínculo entre nuestros últimos pensamientos o lo último que consumimos antes de dormir y la calidad del sueño y su contenido.
Por ello, para descansar mejor y “evitar pesadillas innecesarias”, recomienda “llevar a cabo una higiene mental antes de ir a dormir e ir disminuyendo estímulos que alteran nuestro sistema nervioso central”. También hace un llamado a la importancia de atender a las emociones del propio cuerpo y “movilizarlas con el movimiento o la escritura”, pues esto nos ayudará a regular ese mayor grado de preocupación que nos genera haber perdido el control que “se suponía que teníamos sobre nuestra cotidianidad”.
En cuanto a los resultados de nuestro cuestionario, llama la atención, como se observa en el Gráfico 2, la variedad de situaciones de angustia, miedo e inseguridad que aparecen en los sueños: escaleras infinitas, secuestradores, acosadores, lugares claustrofóbicos, asfixia, monstruos, catástrofes naturales, sangre, guerras... También se repiten los sueños sobre infidelidades y los sueños eróticos.
Gráfico 2. Qué recuedan haber soñado las personas durante la cuarentena
Por otro lado, hay quienes sueñan con la nueva "normalidad”, con la familia reunida, los bares, las fiestas o con reencontrarse con aquellos que echan de menos. Los personajes de ficción se mezclan con los de carne y hueso y da la sensación de que nuestra línea entre realidad y ficción se difumina con más frecuencia que nunca.
¿Podemos extraer algún significado claro de estos sueños?
Bea Salgado explica que, desde la Asociación Internacional para el Estudio de los Sueños, se están llevando a cabo diversos estudios relacionados con los sueños durante la pandemia los cuales muestran que hay una serie de temas comunes, como los que se recogen en el cuestionario, que aparecen en los sueños durante esta época de mayor intensidad.
Estos sueños se pueden relacionar con “la situación de pérdida de control e incertidumbre que estamos viviendo”, además indican que se está dando “un cambio a gran escala” que, por lo general, “se pueden vivir con ansiedad y miedo”. Pero, “cada sueño particular tiene una lógica interna y un clima emocional diferente”, afirma rotundamente la experta. Es decir, los sueños reflejan la situación colectiva que se está viviendo, pero también reflejan cuestiones más internas y profundas a nivel individual que están pidiendo ser atendidas.
“Lo que debemos preguntarnos no es el significado sino qué me está pidiendo que atienda “x” sueño”
“No se puede extraer un significado claro de un sueño, no es ése el objetivo”, continua Bea Salgado. “Nos estamos poniendo en contacto con otro lenguaje, con un paisaje interno que no pide tanto extraer significado sino establecer una relación”. Lo que debemos preguntarnos no es el significado sino qué me está pidiendo que atienda “x” sueño. La experta asegura que, en muchas ocasiones, “los sueños que representan un reto emocional importante también incorporan la vía de resolución”. Atender a las emociones que se nos plantean y enfrentar el miedo en el interior del sueño, “suele provocar que su intensidad vaya disminuyendo, a medida que la persona se abre a mirar aquello que le aterra o le angustia”.
El desconfinamiento también provoca agobio entre los encuestados; como se aprecia en el Gráfico 3, casi un 24% no se atreve a hacer vida “normal” aún. A muchos les agobia la irresponsabilidad de la gente, factor que no está siendo fácil de controlar. Sin embargo, más de la mitad quiere poder tener la libertad de salir cuando quiera y sentir que no están bajo control todo el tiempo.
Gráfico 3. Preocupaciones durante la cuarentena
Piensan que les cuesta dormir por no estar lo suficientemente cansados, por las horas que pasan delante de las pantallas y por darle vueltas a temas que les preocupan. Entre estas preocupaciones destacan: no poder hacer vida normal, la cantidad de gente que está perdiendo la vida, la situación económica, el futuro, la salud de gente cercana, las políticas del gobierno… Además, la mayoría de los estudiantes asegura que su curso académico se ha visto afectado y están menos motivados. No se concentran como antes y han perdido gran parte de interés.
¿Cómo se reflejan estas preocupaciones en el consumo de fármacos?
El distanciamiento social, y la aún poca movilidad que tenemos no nos permite reunirnos presencialmente con María. Ella es farmacéutica en una farmacia de Jerez de la Frontera, en Cádiz. Nos conectamos a través de videollamada y, gracias a la tecnología, nos informan de primera mano cómo está sintiendo el insomnio de muchos españoles desde el mostrador de la farmacia.
La mayoría de sus clientes son personas que trabajaban en oficinas, comercios y bares situados cerca de la farmacia, en el centro de la ciudad, por lo que el porcentaje de ventas durante el confinamiento se ha reducido casi a la mitad tras el cierre de dichos establecimientos.
María Vergara, farmacéutica
—María, ¿has notado un crecimiento en la venta de pastillas e infusiones para dormir con respecto a meses antes de la cuarentena?
Sí, sin duda algo ha aumentado. A mi farmacia acuden varios tipos de pacientes. Están los pacientes que nunca han tomado nada para dormir, ni siquiera tranquilizantes, pero que, debido a la actual situación, puntualmente han podido tener problemas de sueño. Ese tipo de personas acude a pastillas que hay en el mercado que llevan toda clase de tranquilizantes naturales, como valeriana, pasiflora, amapola de California…
Por otro lado, están los pacientes que ya tomaban medicamentos para dormir y que actualmente notan que no les hace efecto. Estos pacientes optan por suplementar con algo natural, que es totalmente viable o aumentar la dosis de su hipnótico o sedante.
—¿A qué se deben estos problemas para dormir?
Yo creo que estos problemas vienen ocasionados por falta de cansancio al final del día o, en mayor medida, por la situación personal en la que se encuentre cada uno. Hay pacientes que tienen algún familiar enfermo y están muy preocupados y esa es una de las causas por las que duermen mal. Estos pacientes pasan directamente a medicamentos más fuertes, de receta médica, normalmente hipnóticos y sedantes.
Además, estas últimas semanas en las que estamos volviendo un poco a la “normalidad” he notado que hay dos grupos de personas: por un lado, aquellas que no tienen miedo a nada y, por otro, las que se sienten muy inseguras con la situación y necesitan tomarse alguna valeriana o tila —a veces incluso antes de salir a la calle— para relajarse.
—¿Los menores de edad pueden tomar estos medicamentos para conciliar mejor el sueño? ¿Los has vendido?
En niños no ha habido un aumento notable. Cierto es que a ellos también la situación les está afectando y que, por ejemplo, los que son hiperactivos están teniendo más dificultades para dormir porque no están cansados, ya que no han podido salir a la calle. Sí que he vendido en alguna ocasión valeriana en otro formato un poco menos fuerte y para relajar, pero el resto de los hipnóticos no son aptos para niños a no ser que sea un problema más grave y haya una patología detrás. Pero en principio, si toman algo, mejor que sea lo más natural posible.
Algunos consejos para paliar los efectos del virus en nuestro reloj biológico
El neurólogo Hernando Pérez, especialista del Centro de Neurología Avanzada de España y Celia García-Malo, neuróloga especialista en sueño del Instituto del Sueño de España, han propuesto una serie de recomendaciones en una entrevista con la BBC para tratar de tener un control adecuado de los trastornos del sueño durante la pandemia de la COVID-19:
- Mantén una rutina: establece un horario fijo para ir a dormir y respeta esa hora. El cerebro debe tener claro cuándo tiene que estar despierto y cuándo no. Planificar el día y sus momentos de actividad y reposo es esencial en estos momentos.
- Queda terminantemente prohibido llevarse una preocupación a la cama: hay que pensar en algo agradable.
- Busca exponerte al sol en la mañana y al aire fresco ya sea por la ventana o por un balcón. Si nos levantamos tarde, nos estamos perdiendo la luz solar de la mañana, que es fundamental para que el cerebro sepa que dentro de 12 o 14 horas llegará el momento de dormir.
- La cama es para dormir: hagamos que el cuerpo vincule la cama con el sueño para que se desactive cuando llegue a ella. Por ejemplo, no trabajes, ni estudies, ni hables por teléfono en la cama.
- Evita las siestas, pero si no puedes, que no duren más de 30 minutos y que sean siempre antes de las 17.00 horas.
- No lleves el celular o la tablet a la cama, no solo porque su luz inhibe la secreción de la melatonina (hormona clave para relajarse y dormir), sino porque te puedes encontrar un mensaje o información en internet que puede aumentar tus niveles de ansiedad e incertidumbre.
- Haz ejercicios durante el día y evítalo a toda costa poco antes de irte a la cama.
- Trata de relajarte en la medida de lo posible, especialmente antes de irte a dormir. Busca algo que te distraiga y que te ayude a despejar tu mente: meditar, hacer ejercicios respiratorios, escuchar música apacible…
- Pese a la flexibilidad que da el trabajar y estudiar en casa, no te quedes hasta tarde viendo series o películas. El entretenimiento es fundamental, pero “saltarse” la hora de dormir por un maratón de tu serie favorita repercutirá en la hora en que te despertarás y todo tu ciclo del sueño se verá alterado, y corregirlo no siempre es fácil.
- Consulta con tu médico o con un especialista si sientes que tus problemas para dormir empeoran, pues es importante tomar medidas a tiempo.
Ilustración por Daniele Catalli
En ocasiones no hemos sido capaces de poner en pie qué ha rondado en nuestra cabeza durante gran parte de la noche, pero sí sabemos que nos hemos levantado con angustia o incluso con la sensación de no haber descansado bien. De una manera u otra, hemos podido ver que somos, en gran parte, dueños de nuestros pensamientos y de cómo los gestionamos y afrontamos. Ahora que parece que empezamos a ver la luz al final del túnel, de nuestra responsabilidad y prudencia dependerá que no volvamos a un segundo confinamiento. Volvemos a pisar el asfalto con esperanzas, aunque el virus siga ahí.